Los campeonatos argentinos de pista pasaron raudamente y de ellos quedó mucha tela para cortar. Bastante material para analizar teniendo en cuenta no solo el presente, sino también el futuro. Y en ese porvenir, ingresa con la fuerza de un aluvión el joven Lisandro Bravo. Con 20 años recién cumplidos, por sus venas corre sangre de campeón. Hijo de Alberto “Chato” Bravo, el joven que corre en el SEP-San Juan, se coronó campeón argentino en tres pruebas: Persecución individual y Eliminatoria (Sub23) y Persecución mixta (junto a Maribel Aguirre).
Contento comentó a DIARIO DE CUYO, que esperaba hacer un buen torneo, pero no ganar tanto. “El año pasado gané la persecución individual. Repetí este año y las otras dos”.
Explicó que le gusta la pista, pero considera que los rendimientos de todos mejorarían si tuvieran oportunidad de entrenar más en el velódromo. “Llegué bien a este torneo, pero creo que con un par de meses más de prácticas podríamos mejorar las marcas en todas las especialidades”, confió con una sonrisa.
“El proceso de la pista es largo, nosotros durante la temporada tuvimos solo dos semanas, las últimas, en las que entrenamos como corresponde. Correr en velódromos no es sencillo, se necesita practicar mucho para dominar la bicicleta como es necesario”, afirmó, para luego agregar que, “he escuchado a ciclistas de otras federaciones que prepararon este Argentino durante siete u ocho meses”.
Con el objetivo del nacional de pista cumplido, Lisandro enfocó su mira en la temporada de ruta, que para el se inicia esta semana. Viajó ayer a la vecina provincia con su equipo. “La idea es llegar bien preparados a las competencias de nuestro calendario.
Cuando se le pidió que se autodefiniera como rutero contó que le gusta embalar. “Me defiendo bien embalando, pero me las arreglo bastante haciendo un poco de todo, no tengo problemas en ser peón para que la camiseta de mi equipo gane” concluyó.