En el hockey sobre césped femenino internacional un objetivo fundamental consiste en evitar a toda costa a Países Bajos. Cuanto más lejos se los encuentra en la etapa del torneo, mejor, porque un enfrentamiento con las naranjas implica una eliminación segura. Esa es la sensación que dejan las N° 1 debido a su abrumador dominio en este deporte, en su condición de actuales campeonas mundiales y olímpicas. La buena noticia es que la Argentina es la que más la desafió en las últimas dos décadas, con la garra acostumbrada, pero también con sus esquemas tácticos y la habilidad diferencial de sus delanteras. No solo fue corazón. De hecho, el seleccionado albiceleste es el vigente subcampeón mundial y olímpico, después de las caídas en Mundial de Terrassa-Amstelveen 2022 (derrota por 3-1) y de Tokio 2020 (3-1). En términos boxísticos, es su principal retador.
Así, hoy, a las 9 de nuestro país chocarán estas dos potencias: en el estadio Yves-Du-Manoir volverá este clásico que tantos momentos de emoción y suspenso entregó en distintos puntos del planeta, incluida la ciudad de Rosario hace 14 años. Después del agónico triunfo de cuartos de final sobre Alemania, con las revolcadas de Cristina “China” Cosentino en los penales, Las Leonas tienen el combustible emocional a tope y las manos y las piernas preparadas para afrontar un examen mayúsculo.
Las estadísticas son negativas: se midieron en los últimos seis Juegos Olímpicos y la Argentina solo se impuso en el primer choque, en Sydney 2000 (3-1 en la segunda ronda). Después empezarían los golpes, uno tras otro: adiós en las semifinales de Atenas 2004 por penales, durísima eliminación en las semis de Pekín 2008 (5-2), inapelable derrota en la final de Londres 2012 (2-0), caída en cuartos de final de Río 2016 (3-2), con los reyes neerlandeses Guillermo y Máxima en la tribuna, y despedida en el partido decisivo de Tokio 2020 (3-1). En cambio, Argentina sí le arrebató a aquella “Holanda” dos títulos mundiales, tras las inolvidables finales en Perth 2002 (por penales, tras el 1-1) y en Rosario 2010 (3-1), con una Luciana Aymar esplendorosa.