Desde el mismo momento en que la ciudad de Bahía Blanca se inundó a consecuencia de la fuerte tormenta del pasado 7 de marzo, que ocasionó la muerte de al menos 16 personas; la desaparición de otras 100 e incalculables pérdidas materiales, los espacios de donación y solidaridad se han seguido multiplicando en uno de los fenómenos de ayuda social espontánea más grandes que se hayan visto.
En San Juan, aunque en otros niveles de volúmenes y aportes, un fenómeno similar se ha dado con los damnificados de Jáchal que recibieron en estos días donaciones de distintos sectores de la comunidad después de haber las fuertes tormentas que también afectaron a este departamento, entre otros. Mientras los bahiense recibieron la llegada del tren solidario –el mismo que hace unos días llegó hasta el departamento Caucete en nuestra provinciacon un cargamento de donaciones destinadas exclusivamente para atender esta tragedia, las cuentas oficiales del municipio de la ciudad y de diversas ONG han seguido abiertas recibiendo dinero que será destinado a mejorar la situación de los afectados y a comenzar a reconstruir la ciudad que ha quedado totalmente devastada.
El movimiento solidario es tan grande que hasta este momento hay organizaciones sociales, espacios políticos y hasta clubes de fútbol que siguen recibiendo donaciones para ser enviada a la ciudad bonaerense, con el ánimo de subsanar muchas necesidades que está viviendo esa comunidad. En relación a las donaciones físicas, el municipio bahiense ha dispuesto oficialmente que la entrega de todo tipo de ayuda se realice en los locales de la empresa OCA en todo el país, desde donde se transportarán a la zona de desastre. En este sentido se están recibiendo colchones, alimentos no perecederos, agua envasada, elementos de limpieza e higiene, frazadas, abrigos y ropa de cama.
Las campañas solidarias también abarcan la inscripción de voluntarios para iniciar los trabajos con el objeto de poner en pie a la ciudad, consistentes en tareas de limpieza, clasificación de donaciones o el reacomodamiento de objetos en la vía pública, incluyendo los autos que han quedado dispersos al ser arrastrados por el agua.
Sin duda que se trata de uno de los movimientos solidarios más amplio de los últimos años, por el gran despliegue que está alcanzando, al estar haciéndose efectivo por distintos medios y por el alcance que está teniendo mediante la utilización de las redes sociales y otras maneras de comunicar que existen en la actualidad. Una de las características es que la ayuda se comenzó a canalizar casi de inmediato y que es la sociedad la que ha respondido en gran medida a pesar de la coordinación oficial por parte del gobierno.