Fue una seguidilla de ‘aprietes’ contra una vecina que vive sola lo que, de a poco, generó un conflicto que terminó a los tiros y casi cobra la vida de uno de sus vecinos, Alexander Ezequiel Guzmán Muñoz. Justamente, el que saltó en defensa de esa mujer, algo que no cayó bien entre los sujetos a quienes se atribuye la intención de echarla para quedarse con su rancho en el asentamiento Santa Bárbara, un humilde caserío situado en la calle Correa, entre Mendoza y Salta, en Concepción, Capital.
‘Esos ranchos los usan para juntaderas, para drogarse y vender drogas. Hay muchos que no viven ahí, pero los usan y pueden venderlos. Para la gente del ambiente es un valioso punto estratégico’, describió un investigador.
Fue allí que ese supuesto justiciero barrial por poco no murió el pasado 31 de octubre a eso de las 3 de la mañana, luego de recibir un disparo que se le coló de manera descendente por el costado izquierdo de su pecho, dañándole el hígado y provocándole el estallido de una vértebra. Esa madrugada hubo una batalla de proporciones que involucró a por lo menos 20 personas y derivó en la huida de los atacantes y, más tarde, la de quienes les prestaban apoyo en ese rancherío, indicaron voceros judiciales y judiciales. Fue esa madrugada que Guzmán Muñoz recibió una bala 9 mm y quedó muy grave. Pero ese mismo día quedó identificado quien le disparó: Paulo Angel Neira (40), un sujeto con al menos 7 condenas (2 por drogas) que recién fue capturado en la madrugada del pasado 14 de noviembre por policías de Homicidios de UFI de Delitos Especiales que dirige el fiscal Nicolás Schiattino.
Cayó en la conocida ‘Rioja Chica’ en Concepción, Capital. Allí vive con su pareja, Flavia Vargas, ahora con pedido de captura, porque en la madrugada de la balacera también la vieron disparar con una pistola 9 mm.
La principal versión de los investigadores, es que esta mujer, tras disparar, le pasó el arma a Neira y éste baleó a Guzmán para luego darse a la fuga. La propia víctima, su hermana y varios vecinos atestiguaron esa secuencia.
El último viernes, la jueza Flavia Allende, adhirió al pedido fiscal y dictó 8 meses de prisión preventiva contra Neira, a quien Fiscalía le atribuyó una tentativa de homicidio agravado por el uso de un arma de fuego, la causa más grave que registra hasta ahora este sujeto.
Según los voceros, Flavia Vargas, es hija de un conocido delincuente ya fallecido, el ‘Nariz’ Vargas. Y la principal hipótesis de los pesquisas, es que ella y su pareja, no dudaron en apoyar a una hija de ambos y su novio, el ‘Trincha’ Valdez, que vivían desde hace poco (se habla de 3 o 4 meses) en el asentamiento Santa Bárbara, y pretendían ampliar su radio de influencia quedándose con el rancho de esa mujer que vive sola en ese lugar.
Luego del violento cruce, la hija de Neira y Vargas se fue con su pareja del lugar (en la huida dejaron abandonada una moto), igual que otros que los apoyaban, indicaron. Habrá que ver ahora si esa retirada fue definitiva o parte de una tregua para volver otra vez al ataque.