En la medida que el narcotráfico encuentre terreno propicio para seguir expandiéndose, indudablemente lo hará porque está en su esencia el propósito de cubrir cada vez mayor espacio territorial. Es lo que está ocurriendo en estos momentos en varias zonas de San Juan y el país en las que esta actividad, en la medida que va encontrando zonas liberadas, va avanzando no solo en los sectores marginales, ni ámbitos de la noche, sino que ya está llegando hasta las proximidades de las escuelas y las plazas de barrios de cualquier ciudad o pueblo.
Lo que preocupa es la pasividad que se observa en la lucha contra el narcotráfico y cómo todos los esfuerzos que deberían haberse orientado a combatir este flagelo se han orientado hacia otros propósitos ajenos a ese objetivo.
Muchos dirigentes comunitarios consideran que se ha dado más importancia a controlar la protesta social que implementar operativos de control para evitar el ingreso de drogas desde países limítrofes hasta los principales centros de consumo y distribución que hay en la Argentina. Esa tarea se está descuidando en todo sentido y puede advertirse por la gran cantidad de droga que hay en circulación en este momento, una situación que va a perjudicar en gran forma a las generaciones futuras si no se hace algo inmediatamente para controlarla.
Otro factor que se ve con preocupación es el descuido que hay por parte de las autoridades de los sectores más vulnerables de la sociedad, aquellos que tienen las mayores necesidades de alimentos y ropa, entre otros requerimientos a los que no tiene acceso en este momento. La dirigencia comunitaria de esos sitios, entre la que figuran algunos miembros de la Iglesia Católica y de otros credos religiosos, aseguran que están advirtiendo un intento de sectores del narcotráfico de reclutar miembros jóvenes de barrios y villas mediante el asistencialismo que va desde la provisión de alimentos hasta un simple par de zapatillas.
En el conourbano bonaerense, donde la situación es crítica en estos días fueron distribuidas entre chicos en edad escolar miles de computadoras personales dentro de un plan que el Gobierno de la provincia de Buenos Aires ha programado para que cada escolar tenga este imprescindible elemento informático. La experiencia no ha resultado hasta ahora tan positiva ya que se ha detectado que los beneficiarios han puesto en venta por internet las computadoras con el fin de obtener algún dinero que, se sospecha, tiene como destino la adquisición de estupefacientes y otros alucinógenos de venta corriente en el medio en que viven.
La lucha contra el narcotráfico no solo debe limitarse a sorprender a los vendedores denominados dealer, jibaro, transa o burro, ni ha encarcelar a pequeños distribuidores, ya que se ha comprobado que desde las cárceles se puede seguir con gran facilidad la distribución y comercialización de la droga en circulación. Las acciones deben estar dirigidas a evitar el ingreso al país y a desarticular las grandes bandas que siguen trabajando con impunidad, fortaleciéndose cada vez más, en un país que por ahora no ha dado muestras de acciones concretas sobre un mal que sigue creciendo.