Fotos: Gentileza Be Able, espacio sustentable y Martu Jofré

¿Cuántas veces uno se pregunta o se plantea si está bien vestida y acorde a la ocasión? A lo que se suma un problema no menor que es la crisis por la que atraviesa el país que obliga más a pensar en pagar servicios y gastos diarios que salir a comprar ropa para lograr ese objetivo. Así surge otra pregunta: ¿Se puede estar bien vestido con poco dinero y lograr un placard funcional? Si esta pregunta la responde una experta productora de modas y asesora de imagen, es un rotundo sí. En este caso la afirmación corresponde a la sanjuanina, Martu Jofré, que emigró hace años a Córdoba para estudiar abogacía y una vez recibida decidió quedarse a vivir allí. Hace unos pocos días estuvo en San Juan para realizar un workshop, organizado por Be Able, destinado a saber crear un ropero sustentable de acuerdo a los colores que favorecen a cada persona y lograr combinaciones armoniosas.

Martu en pocos años ha ganado un lugar en el mundo de la moda sustentable en todo el país al punto que ofrece charlas, conferencias, dicta clases de Historia de la Moda y realiza asesoramiento personalizado en varias provincias argentinas. También estudió Producción de Moda que aglutina actividades creativas y estratégicas para armar comerciales, desfiles y comunicación.

Be Able, la empresa anfitriona, es precursora en moda sustentable en San Juan, tanto que ofrece al público ropa de segunda mano en muy buen y prendas nuevas de diseñadoras locales que trabajan bajo principios sustentables.

-¿Dejaste abogacía para dedicarte a la moda?
No, nunca la dejé porque las dos cosas me encantan. No obstante tengo la idea de dedicarme sólo al asesoramiento de imagen porque últimamente me vuelvo loca con ambos trabajos.

-¿Cuándo y cómo nació la idea de dedicarte al asesoramiento de imagen y producción de moda?
Cumplí cuarenta años, luego llegó la pandemia y tuve ese recambio que tuvimos todos, y no sé si fue eso o la edad, que empecé a sentir que necesitaba hacer algo más donde pudiera expresarme y poder fluir, una pasión que me sacara de la estructura cotidiana. Así empecé con el asesoramiento de imagen que está totalmente ligado a la moda, algo que para mi tomó mucha importancia a los 13 años, aunque mi mamá dice que fue algo de toda la vida. Tanto es así que en San Juan estudié en una escuela de modelos, y para mi fue, en ese momento, lo mejor que me podía pasar en la vida. Era algo que estaba en mi porque nadie a mi alrededor lo hacía aunque no lo veía como algo que tuviera una salida laboral. Pero eso cambió en terapia cuando la psicóloga me dijo que buscara algo que me sacara. La conclusión fue que me apasionaba la moda, hasta que un día en redes sociales vi lo del asesoramiento de imagen y empecé a indagar. Me di cuenta que mi vocación de servicio la podía volcar por ahí para que las personas pueden redescubrirse, sacar su mejor versión, ayudarlas a vestirse, algo que es tan natural pero que muchas veces nos genera dificultades debido a los complejos y las inseguridades vinculadas a pensamientos limitantes.

Aproveché en pandemia para capacitarme en Barcelona, en Buenos Aires y con otros profesionales de Colombia, de Venezuela, que tienen más incorporado este servicio en la comunidad. Al poco tiempo empecé a trabajar on line y lo sigo haciendo con gente de muchas provincias como así también de forma presencial, tanto con hombres como con mujeres.

-¿Lo que usamos habla por nosotros?
Sin duda. Tiene que ver en algunos casos con ocultar, o con miedo a llamar la atención o no saber qué expresar y sólo nos limita a abrigarnos o desabrigarnos y va más allá de eso. Estudiando entendí que en un proceso comunicacional el 97 por ciento de lo que expresamos es a través de la imagen y eso está comprobado científicamente. Es decir que somos vistos antes de ser escuchados.

-¿Mucha gente contrata asesores de imagen para sentirse más seguro y mejorar su apariencia?
Es una tendencia mundial, ni hablar en el primer mundo donde se hace desde hace años. Acá es el país está surgiendo y en San Juan es nueva la idea de contar con un asesor de imagen a los fines de desarrollar nuestra marca personal o empresarial. No hay que olvidar que en el trabajo es muy importante lo que transmitimos.

-¿Cómo surgió la idea de venir a San Juan a dar un worshop?
Soy amiga de Flavia Nayar de Be Able que fue compañera del secundario y con quien compartíamos la pasión por la moda. Este espacio ofrece prendas sustentables que es lo que se viene en el mundo entero. Tanto es así que las grandes marcas están optando por lanzar sus campañas sustentables. No hay que olvidar que los millennials, la generación Z ya vienen con la conciencia del cuidado del medio ambiente y lo exigen, y si las marcas no se aggiornan a lo nuevo empiezan a perder terreno. Por eso muchas han comenzado con ropa fabricada con materiales reciclados, hay una gran movida a nivel mundial que apunta a la sustentabilidad.

-¿Qué significa o implica tener un ropero sustentable?
Para mi implica tener un ropero con personalidad, que esté adaptado a la persona. No es lo mismo vestirse a los 20 que a los 30 o a los 50 porque uno ya no es el mismo, porque el cuerpo cambia y porque muchas veces lo que antes servía hoy ya no. Pudiste haber cambiado de trabajo, o haber tenido un cambio hormonal, o cambiaron tus prioridades o ahora querés expresar otra cosa. Eso me pasa mucho con la gente de 40.

En este sentido siempre digo que no le hago tirar el placard a nadie, que veo que hay, como se puede adaptar. Sí doy un listado de los básicos que hay que tener, de buena calidad, de buenos materiales. Cada ropero debe estar adaptado a las necesidades actuales de cada persona para disfrutar de lo que uno tiene y no generar un montón de ropa que no se usa. Cuando presto mi servicio de asesoramiento hago llenar un cuestionario para conocer las necesidades, inseguridades, lo que les pasa a cada uno por dentro. También hay que tener en cuenta el cuerpo que tenemos, que queremos expresar, cuáles son las actividades que realiza, entre muchos otros aspectos.

-¿Qué significa para vos vestirse bien?
Para mi es tener pocas prendas que sean las que resuelvan tu día y que sean de buena calidad, de un muy buen algodón por ejemplo. Tampoco hace falta que sean de marca porque si encontramos una remera en un negocio que a criterio de algunas personas no es el mejor pero es de buena calidad sin duda que sirve para fondo de armario. La calidad es la clave del éxito.

-¿Se puede estar bien vestida en medio de tanta crisis económico financiera?
Por supuesto, porque el tema pasa por saber elegir. Es decir lo que vaya de acuerdo al tipo de cuerpo, a lo que hace sentir bien y no comprarse un S si sos M, porque eso hace sentir incómodo y destaca detalles. Hay que buscar prendas a medida, diseños que hagan sentirse relajado.

-¿Qué implica ser elegante?
Una persona elegante y bien vestida es aquella que entendió que su imagen es su carta de presentación, su manera de expresarse y que es lo que está comunicando al mundo.

-Algo así como buscar el sello personal porque la moda también uniforma.
Fíjate que las generaciones actuales tienen claro eso. Quedó atrás el vestirse por tribu con el ánimo de pertenecer a algún clan social. La gente joven buscan la individualidad porque más allá de querer pertenecer lo que buscan es marcar la diferencia. En nuestra época te tenías que disfrazar de algo para pertenecer e identificarse. Aclaro que estamos hablando de moda conciente no del fast fashion o moda rápida que te saca 400 remeras talle único y que se tiene que adaptar a cualquier cuerpo. Eso lo trajo la crisis porque era más barato que traer todos los talle.

-¿Cómo te fue en el work shop que hiciste en San Juan?
Muy bien, quedé sorprendida de la respuesta de la gente porque es algo que recién está comenzando aunque no digo que no haya asesoras sino que tienen que ganar terreno. Es muy importante tener quien te asesore, es el modo de dejar de perder plata en compras innecesarias o que no van con cada persona.

-También avanza la moda sin género en la actualidad. ¿Qué pensás al respecto?
De hecho las grandes marcas están sacando también este tipo de prendas porque si no se quedan fuera, al igual que los talles más amplios. Se están dando cuenta que tienen que producir para todas las necesidades y cuerpos. Ahora la marca tiene que llegar a la gente, antes de la pandemia era al revés.

-De acuerdo a la colorimetría cada persona debe encontrar los colores apropiados, pero ¿hay algunos que no deben faltar en ningún placard?
Si totalmente. En un ropero conciente el 70 por ciento de las prendas deben ser de colores básicos o neutros, blanco, negro, gris, algunos marrones, verdes oscuros y caqui porque tienen la versatilidad de poder adaptarse a cualquier edad y estilo. Además son sostenibles, se pueden llevar en invierno y verano, este año y el próximo, por ser prendas básicas y neutras.

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