Todo conductor que alguna vez le tocó pasar, en cualquier tipo de automotor, por uno de los controles fitosanitarios que funcionan en la provincia ha podido advertir que se trata de una tarea burocrática destinada a recaudar más que ha ejercer un efectivo control de plagas, en este caso en particular contra la Lobesia Botrana o más comúnmente conocida como Mosca del Mediterráneo, que es el principal objetivo que tienen estas barreras que forman parte del Programa Nacional de Control y Erradicación de Mosca de los Frutos (PROCEM).
Llegamos a esta afirmación debido a los innumerables testimonios que a diario ofrecen eventuales viajeros que les toca pasar por los controles que están en Difunta Correa, camino hacia Córdoba o La Rioja; San Carlos, camino a Mendoza; El Encón, rumbo a San Luís o Córdoba, o en Calingasta camino a Barreal. Si son camiones de carga es posible que se los inspeccione para conocer que tipo de carga llevan, aunque en ocasiones el trámite se limita a exhibir la guía correspondiente, sin mayores exigencias. En el caso de vehículos particulares, la inspección deja mucho que desear ya que la mayoría de las veces los encargados de esta tarea se limitan a observar el compartimiento de carga de los vehículos sin verificar si en el interior del auto o camioneta se transportan elementos prohibidos dentro de las campañas que realizan en conjunto el Ministerio de Agricultura de la Nación, a través del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), y el Ministerio de Producción y Desarrollo Económico, a través de la Dirección de Sanidad Vegetal, Animal y Alimentos de San Juan (DSVAA), dependiente de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Agroindustria de la provincia.
Lo que más molesta a los conductores es que después de la detención y el pago del arancel correspondiente que puede llegar a costar varios miles de pesos, ya sea que se trate de un camión de carga o un automóvil particular, es la duda que les genera el paso del vehículo por el sector de desinsectación, que se realiza por un sistema presurizado que cubre la parte inferior de los vehículos particulares, en tanto que a los camiones son rociados en su parte inferior como a los costados de la carga. Senasa asegura que en los 71 puestos de control que hay en todo el país se utiliza un producto desinfectante de primera calidad, para atacar la mosca del Mediterráneo en al menos 250 especies de frutales y hortalizas susceptibles de contraer la plaga, aunque hay muchos transportistas que desconfían en el producto que se está utilizando.
Si bien es cierto que los programas fitosanitarios han contribuido decisivamente para que los productos locales y de la Argentina puedan ganar mercados internacionales en base a sus buenas condiciones sanitarias, ha llegado el momento de optimizar el funcionamiento de estos controles, incorporándoles servicios básicos para los transportistas y demás viajeros; o dejarlos sin efecto supliéndolos por algún otro sistema más efectivo y menos complejo, para evitar los inconvenientes que en ocasiones provoca el actual sistema, que se muestra arcaico y con muchas falencias.