Venezuela vive horas de intenso fervor democrático con miles de electores movilizados con la esperanza de que está vez el cambio es posible. Hoy 21.620.705 venezolanos están llamados a las urnas para elegir presidente en unas elecciones históricas en las que la oposición tiene serias chances de poner fin a 25 años de hegemonía chavista y cortar con el duro régimen de Nicolás Maduro, quien aspira a su reelección. Pero, aunque las encuestas pregonan un triunfo holgado de la oposición de la mano del candidato Edmundo González Urrutia, de 74 años, quien fue embajador en la Argentina entre 1998 y 2002, durante los gobiernos de Rafael Caldera y Hugo Chávez, todo está por verse.
Los reiterados excesos del régimen de Maduro, que siempre logra acomodar todo a su favor y el fantasma de fraude, siempre presente en las elecciones de Venezuela, sobrevuelan las urnas y ponen en un manto de dudas el resultado electoral.
El arresto de periodistas extranjeros, y las medidas para impedir el ingreso de expresidentes convocados por la posición para ser veedores internacionales de las elecciones, son apenas una muestra de la mano del régimen. Pero el miedo al andar implacable del régimen de Maduro se tomó un descanso y el pueblo venezolano aspira dar hoy un batacazo.
La figura política más emblemática de la oposición es María Corina Machado pero quedó fuera de la competencia electoral por una inhabilitación del Tribunal Supremo de Justicia que baila al ritmo de la batuta de Maduro.
Desde marzo, 6 activistas y dirigentes del partido Vente, de Machado, están acogidos por la embajada de la Argentina en Caracas. Desde entonces, Corina Machado se puso la campaña opositora al hombro y finalmente el 19 de abril de 2024 logró aglutinar a toda la oposición detrás de la candidatura de Edmundo González. Y si hoy la oposición lograra terminar con 25 años de chavismo, ella tendrá mucho que ver.
En medio de este contexto, a priori, adverso para Maduro, el presidente de Venezuela desde 2013, dejó volando una amenaza latente: “El destino de Venezuela en el siglo XXI depende de nuestra victoria el 28 de julio. Si no quieren que caiga en un baño de sangre, en una guerra fraticida, producto de los fascistas, garanticemos la más grande victoria de la historia electoral de nuestro pueblo”, arengó a los votantes.”