Hernán Piquín se encuentra girando por el país con su espectáculo coreográfico ‘El Último Tango: la despedida’ y este mes, el público sanjuanino podrá apreciarlo en vivo arriba del escenario, por última vez. El bailarín reconocido por numerosas producciones nacionales e internacionales, estará en el Teatro Sarmiento (el próximo 11 de agosto) con una puesta de danza, música, imágenes, vestuario, luces y sonido, que describe como una experiencia única. Junto a la primera bailarina Soledad Mangia y los bailarines Analía Morales, Gabriel Ponce, Débora Agudo, Ale Adrián, Mora Sánchez, Nahuel Tortosa, más el cantante Luciano Soria, este espectáculo es un relato a lo largo de 23 tangos y milongas famosas, hilvanados por una historia particular, una historia de amor y desamor, encuentro y desencuentro entre María de Buenos Aires, una joven ‘enigmática y apasionada’ y Eugenio, un bohemio y talentoso bailarín de tango. De cara a su presentación, Piquín -que se radicó en España- habló con DIARIO DE CUYO sobre el momento artístico que está atravesando, y reflexionó sobre las distancias, la nostalgia y el deseo de volver a bailar en Argentina a sus 50 años de edad.
Según dijo sobre el espectáculo, una creación propia, tiene influencias de la obra María de Buenos Aires. “Se enriquece obviamente con las obras de Piazzolla y Ferrer, así como de experiencias y espectáculos previos. Quise entrelazar la tradición e innovación en una obra que busca resonar con el alma del tango y su historia. En este espectáculo la propuesta que imaginé fue entreverar la danza clásica, la danza neoclásica y el tango, no solo busqué un acercamiento técnico, sino también una exploración estética y emocional que respete a cada uno de los estilos mientras se crean nuevas experiencias artísticas’, explicó por escrito, a la distancia.
Ambientada en una casa de tango de la ciudad de Buenos Aires, la trama sumergirá al público a un torbellino de emociones, donde la pasión y el deseo se entrelazan con la música y el baile. A medida que María y Eugenio se entregan a su apasionado romance, enfrentan desafíos y obstáculos que pondrán a prueba su amor. María baila su último tango porque Eugenio se vuelve loco por la pérdida. Y aunque no esté directamente relacionado con la vivencia personal de Hernán, sí hay similitudes porque, además, es con este show que cierra una etapa, para comenzar otra nueva, con otros proyectos a 2025. Además, en el texto, Piquín vuelca su experiencia vital para que haya una carga emotiva extra. Y al abordar la ‘despedida’, sirve también como una asociación vinculada a su condición de argentino radicado en Europa, con sentimientos de desarraigo, con ansias de volver a pisar la tierra de origen, que siguen latentes en su interior. Al respecto, el bailarín contó: ‘La despedida es una metáfora de mi vida en el extranjero con el deseo y las ganas de siempre volver a la tierra natal, cargada de emociones y recuerdos. Esta dualidad puede resonar profundamente en la literatura, la música y el arte de los argentinos, donde se exploran temas de migración e identidad’.
Como dice el famoso tango de Carlos Gardel, la palabra ‘volver’ está cargado de afecto y sensaciones encontradas, que Piquín traduce al lenguaje de la danza: “Tuve la oportunidad de bailar en casi todos los escenarios del mundo con figuras destacadas de la danza y en cada una de estas experiencias me enriquecí para intentar transmitir el arte en los cálidos escenarios de mi querido país. Luego de vivir y trabajar durante muchos años fuera de la Argentina, siendo casi un nómade, obviamente es normal sentir las ganas de volver a tus raíces, como le sucede a Eugenio quien es uno de los personajes principales de esta obra’, afirmó.
Con un intenso y arduo proceso de recuperación y puesta a punto desde lo físico, incluyendo la asistencia de un balón gástrico para perder algunos kilos, Piquín retomó el escenario. Pero… ¿Cuánto más se le puede pedir al cuerpo por seguir bailando? La respuesta del bailarín fue ‘Mucho entrenamiento, buen descanso, una alimentación de calidad, son fundamentales para que el cuerpo responda. Pero más es el amor con el que uno hace lo que le gusta’.
Más allá de estar viviendo en el extranjero, Piquín no deja de estar en contacto con lo que sucede en materia artística en el país. “El pronóstico de la danza clásica y contemporánea en Argentina es alentador, cada vez hay más personas que desean bailar y escuelas de danza que fomenta la creatividad y la innovación, lo que seguramente llevará al surgimiento de nuevas figuras destacadas en el futuro próximo’, evaluó el artista, que también tuvo una importante cuota de pantalla en la televisión nacional. Y es que si bien pasó un importante y destacado tiempo sobre los escenarios, se volvió más popular cuando aterrizó en la televisión abierta, más precisamente en el reality Bailando por un sueño. Al respecto, hizo un repaso de su paso por ese ciclo que -consideró- generó nuevas maneras de ver la danza clásica y contemporánea.
‘Mi experiencia fue en Bailando por un sueño fue definitivamente provechosa. El programa logró popularizar la danza de una manera que pocos medios lo habían hecho antes, llevando este arte a un público masivo y mostrando la dedicación y el esfuerzo que implica’, opinó; y agregó: ‘Para mí, poner el cuerpo en pantalla fue una oportunidad única de expresar mi pasión por la danza y conectar con la audiencia. A pesar de las críticas del ámbito profesional, siento que el Bailando ayudó a desdramatizar la danza y a mostrarla como una forma de entretenimiento accesible’.
Por último, Piquín expresó que ‘personalmente me dejó satisfecho porque,a fin de cuentas lo que importa es la conexión que se establece con el público y el amor por el arte. Las opiniones siempre estarán, pero el valor de compartir la danza con la gente es lo que prevalece’.
DATO
El último tango: la despedida. Con Hernán Piquín y elenco. Domingo 11 de agosto a las 20:30 hs. Teatro Sarmiento (Alem 34 norte). Entradas: $21.000, 20.500, 20.000. Anticipadas en boletería y en www.entradaweb.com.ar