Garrett, Henry, Natalie y Dawn son personas de carne, hueso y problemas mundanos que un día se ven envueltas en una locura sin precedentes: De golpe y porrazo, el cuarteto es arrastrado a través de un misterioso portal y aparece en Overworld: Un mundo muy distinto al que habitaban, donde todo está formado por cubos. Sí, cubos, desde los árboles y hasta las abejas. Pero ojalá solo fuera eso. Es que, más allá de los poliedros que se recortan por doquier, ese extraño universo se alimenta de la imaginación, así que ¡Cuidado con lo que imaginan! Como era de esperar, el cuarteto solo quiere volver a sus ordinarias vidas, que ahora parecen un cuento de hadas comparadas con este particular escenario y con sus más particulares habitantes. Pero… (sin pero no hay aventura), la condición para poder hacerlo es justamente dominarlo y hasta preservarlo. ¿Misión sencilla? Claro que no, pues en ese tren deberán enfrentarse a situaciones llenas de adrenalina, como las oleadas de Piglins y Zombies, una suerte de dados sin puntos, feos y encima hostiles. No queda otra. Los intrusos humanos de Overworld deberán agudizar el ingenio y poner en juego -literalmente- toda su imaginación, toda su creatividad para salvar el pellejo y cumplir el objetivo. Pero lo que no sabe ninguno de ellos es que ese desafío los hará conectar con lo mejor de cada uno.

En líneas generales, de esto va el estreno fuerte de la semana, esperadísimo por miles de fanáticos alrededor del mundo: “Una película de Minecraft’. Se trata de la primera adaptación en acción real y en la pantalla grande del videojuego más vendido de todos los tiempos, dirigida por Jared Hess y con un reparto encabezado por Jack Black y Jason Momoa.

Una década tardaron en concretar los 101 minutos que finalmente salen a la luz. Mojang Studios y el realizador querían que fuera algo muy fiel al juego, pero además, pretendían aprovechar toda la tecnología imperante para redondear (¿o habría que decir cubizar?) una experiencia visual distinta a todo lo visto. Por eso mismo descartaron una película animada, porque -como apuntó Hess- nunca se había explorado ese universo de bloques de esta manera.

Tanto esfuerzo es comprensible, teniendo en cuenta que el grueso de las butacas no estará ocupado por espectadores cualquiera, sino esencialmente por fanáticos. Sabiéndolo fue que los protagonistas -esencialmente Henry (Sebastian Hansen)- representan un poco a esos chicos y chicas (hombres y mujeres también) que han dedicado horas y más horas a construir sus propios mundos de bloques… incluido Black, quien después de cada jornada de rodaje se quedaba jugándolo, más fascinado que antes. Sí, el film también es una forma de homenajear a todos esos gamers que con su imaginación hicieron crecer a Minecraft.