El fin de semana pasado fue uno de los mejores en la vida de Jonás Gutiérrez Fernández, el joven de apenas 14 años que logró la Medalla de Oro en la categoría Skateboarding Sub 16 de los Juegos Nacionales Evita 2024, realizados en Mar del Plata. La alegría se multiplica porque es consciente del esfuerzo que él y sus padres hacen para acompañarlo al Skate Park de Caucete o al de Capital para entrenar cada día de la semana desde las 19 hasta las 22.30. Esta disciplina unida al talento de Jonás dio como resultado el primer puesto a nivel nacional.

El joven deportista, alumno de la escuela Arturo Berutti ubicada en el distrito Pie de Palo, Caucete, donde vive junto a Gema, su mamá; David, su papá y Ezequiel, su hermano mayor, comenzó a practicar skate a los 12 años. La idea nació porque sus vecinos patinaban y lo invitaban a la pista para pasar el rato y disfrutar de los encuentros entre chicos de su edad.

No pasó demasiado tiempo para darse cuenta que quería dedicarse al skate y se animó a pedir la primera tabla, que por supuesto se la regalaron sus padres.

“Me juntaba mucho con mis vecinos que me invitaban para que los acompañara al Skate Park, así me fue gustando tanto que le pedí a mi papá que me comprara un skate y desde entonces no paré más”, cuenta Jonás quien además reconoce el esfuerzo que hizo su familia para adquirir la tabla.

Jonás Gutiérrez junto con Ignacio Carcelero, el profe de Skate, en el momento de consagrarse como el mejor Skater Sub 16 de Argentina.

Su papá se dedica a la albañilería durante todo el día para luego acompañar y trasladar a su hijo a la pista caucetera que queda a unos 10 minutos en auto.

El resultado de todo ese esfuerzo llegó después de superar a 21 skaters de todo el país en la fase clasificatoria y a siete en la final disputada la semana pasada.

¿Cómo aprendió los trucos? ¿Quién le dio las primeras lecciones? “Como voy todos los días, los mismos chicos que patinaban me enseñaron, siempre hay alguien que te ayuda y te dice que hacer. Son muchos los saltos y trucos que se tienen que aprender así es que lo más importante es la práctica diaria. Por suerte yo progresé rápido”, cuenta el campeón que el año pasado se presentó por primera vez en los Juegos Nacionales donde tuvo una muy buena actuación pero no alcanzó para obtener una medalla.

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Este año la convocatoria se repitió y el escalón más alto de podio finalmente fue para él. La primera competencia clasificatoria lo ubicó en el décimo tercer lugar, pero el aliento y la confianza del profe Ignacio Carcelero, que viajó con él, lo ayudó a sobreponerse para enfrentar la semifinal con un desempeño que fue destacado por el jurado. La final llegó sin titubeos y logró la Medalla de Oro.

“Sabía que habían muchos chicos muy buenos, pero me tenía fe porque había terminado en primer lugar en las semifinales y pensé que si volvía a hacer todo bien tenía chances de ganar”, relata Jonás.

Este deporte no es nada sencillo en muchos aspectos porque hay que considerar que si se quieren obtener logros es fundamental contar con un buen equipo, una tabla adecuada y un espacio apropiado para la práctica. Por supuesto que el otro requisito es el talento que se puede apreciar, según los entendidos, apenas los skaters aprenden los movimientos básicos a los que después les irán sumando creatividad y práctica.

Fue toda una semana de disfrute para Jonás porque en la escuela de Pie de Palo fue recibido con mucha alegría, al igual que los vecinos y ni hablar de sus padres.

“Me gustaría seguir compitiendo por muchos años más y por suerte hay categoría para gente grande en las competencias nacionales. Lo que si quisiera ahora es que se abriera el Skate Park de Pocito porque es olímpico y reúne todos los requisitos para practicar”, explica Jonás.

El profe “Igna”

Por supuesto que como en todo deporte, además del talento y la disciplina, es necesario contar con un profe que guíe y colabore en el crecimiento deportivo. Así es como llegó Ignacio Carcelero a vida de Jonás ya que desde hace un par de años está certificado para enseñar este deporte, luego de hacer una clínica que lo habilitó para ese fin.

Por ese entonces también comenzó a dictar clases tres veces por semana en el Skate Park de Rivadavia, donde lo sigue haciendo hasta tanto se habilite el Skate Park Olímpico de Pocito donde continuará con esa tarea.

Su vínculo con Jonás llegó previo a los Juegos Evita porque ya lo había visto patinar varias veces en la pista que está detrás de la Terminal de Omnibus en Capital. “Ya sabía que era muy bueno, además lo seguía en sus redes sociales y veía sus videos. Así fue que ante la oportunidad de ir a los Juegos lo llamé porque cumplía con la edad y los requisitos. También descubrí que era muy responsable porque cumplió con todo lo que le pedimos. Así comenzó este viaje hermoso”, dice.

Igna confiaba en él y sabía que si iba preparado sólo había que pensar en cada una de las cosas que observa el jurado para otorgar los puntos. En pocas palabras una performance para demostrar en un minuto (tiempo que dura cada prueba competitiva), todo lo que puede hacer sobre la tabla.

En ese lapso de tiempo, el skater debe realizar la mayor cantidad de trucos posibles en los distintos obstáculos de la pista, y así se hizo.

“Los evaluadores tienen en cuenta la fluidez de la persona, el estilo, que los trucos sean diferentes y que usen rampas y barandas distintas cada vez, para que no sea todo lo mismo. A partir de eso y conociendo los trucos que ya tiene incorporado Jonás, le preparé una línea que consideraba que reunía todos esos requisitos”, agrega.

Igna y Jonás son dos apasionados de este deporte y como tal le ponen todas las fichas, sin descuidar la facultad en el primer caso, y la escuela secundaria en el segundo.

Jonás es muy talentoso, sólo que se puso nervioso en la primera parte de la competencia y se cayó un par de veces por eso pasó en el puesto trece a la semifinal. Hablé con él mientras nos preparábamos para explicarle que lo tomara como un entrenamiento más y que los disfrutara, que hiciera amigos, que fuera feliz porque era una experiencia única. Así llegó a la semifinal muy tranquilo y cuando le tocó su turno le salió todo perfecto, al punto que la gente y el jurado aplaudían porque su rutina fue impecable. Con esa confianza llegó a la final y repitió la hazaña de una manera increíble”, agrega el profe

Ambos entienden que a San Juan le faltan competencias ya que al estar cerrado el Skate Park Olímpico ubicado en Pocito, no se hacen con la misma frecuencia que antes.

“Sería muy bueno que con la reapertura del Skate Park se comiencen a hacer más competencias. Ahora todos los skaters que hacemos deportes urbanos hemos estado abocados a pedir que abran el Skate Park más que a pedir o hacer competencias. Años anteriores se hacían al menos una vez por mes o cada dos meses”, afirma Ignacio quien no para de buscar apoyo oficial y privado (ya logró el auspicio de Vertical) para poder seguir adelante y darle impulso a este deporte urbano.