Fotos: colaboración Nicolás García de Prensa del Municipio de la Capital de San Juan y archivo
Alguna vez, el fotógrafo Julio Menajovsky contó que aquel lunes 18 de julio de 1994 había programado diferentes actividades y encuentros a lo largo del día. Sin embargo, la casualidad quiso que fuera uno de los primeros reporteros gráficos en llegar a Pasteur 633, en pleno corazón porteño del barrio de Once, minutos después que el reloj marcara las 9:53 cuando explotó un cochebomba que logró que el edificio de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) y todo el paisaje urbano quedara reducido a escombros por doquier -también cayeron edificios cercanos o resultaron muy dañados-, cuerpos sin vida entre los cimientos, gritos y llantos desconsolados, sirenas y pedidos desesperados para que se haga silencio, cientos de heridos deambulando o pidiendo ayuda, autos quemados y, mucho dolor y mucha solidaridad no sólo profesional sino también espontánea. Estaba con la cámara colgada como siempre y por defecto profesional quizás, casi que de manera mecánica, sin demasiada técnica ni vuelo artístico, no pudo más que gatillar sin parar muchísimas imágenes que en ese momento y durante años, recorrieron las tapas de los medios de comunicación describiendo el hecho. Esas mismas imágenes, algunas décadas más tarde y cargadas con la necesidad de que haya respuestas de la justicia, revivieron y se reinventaron con una nueva muestra, esta vez de fotos ya no de la destrucción sino de cómo siguió la vida para algunas de esas personas que por casualidad o causalidad, el atentado unió.
Hoy esas veintiún fotografías y el relato de qué se tratan, bajo el nombre de “Album de memorias”, llegaron a la sede de la Sociedad Israelita de San Juan, donde se expondrán por dos semanas, no sólo como sino testimonio del peor atentado de la historia argentina sino para reflejar sentimientos y sensaciones que aún permanecen vigentes y siguen siendo una herida abierta . La misma muestra se expone en todo el país por iniciativa del Departamento de Arte y Producción de Amia, luego de pasar por las paredes del Consulado General Argentino en New York, en la Galería Argentina en París y el ex CCK -ahora Palacio Libertad-en Buenos Aires.
Una de las primeras fotos de la muestra es la que encuentra a Ana María Czyzewski -mamá de Paola que tenía 21 años cuando murió en el atentado-con Gustavo y Ángel Antúnez, tíos del sanjuanino de 18 años, que también perdió la vida en esa tragedia. Sus vidas se cruzaron cuando Paola -que estaba en la AMIA de casualidad porque había ido a ayudar a su madre que trabajaba ahí, en el primer piso- bajaba en el ascensor a buscar el café que le traía ese mozo simpático y querible, Jorgito, que hacía un año había partido del departamento San Martín, hacia la gran ciudad y trabajaba en el bar de la esquina de la mutual judía. Por las noches iba al secundario.
Entre otras imágenes de familiares, vecinos de la zona y sobrevivientes, también están Florentino Sanguinetti -que en los ’90 dirigía el Hospital de Clínicas, donde fueron atendidas cientos de víctimas- y Alberto Crescenti, titular del SAME, que trabajó durante días para rescatar personas debajo de los escombros.
La visita a la exposición de fotos es libre y gratuita, desde este lunes 29 de julio al viernes 9 de agosto, de 8 a 15 horas, en la sede ubicada en Avenida Córdoba 139 (oeste).
> ATAQUE TERRORISTA
El ataque a la AMIA es considerado el mayor atentado terrorista de la historia argentina, el cual dejó un saldo de 85 muertos y 300 heridos. Generó una investigación de más de 146 mil hojas, calificada como la más compleja en la historia judicial argentina por la Corte Suprema de Justicia. Pese a esto jamás pudo esclarecerse por las complicidades políticas a lo largo de los diferentes gobiernos y las irregularidades judiciales. 30 años después ninguno de los responsables del atentado fue juzgado. En abril de este año, la Justicia argentina emitió una sentencia histórica, declarando a Irán como un “Estado terrorista” responsable de un delito de lesa humanidad. La Sala II de la Cámara Federal de Casación Penal dictaminó que este país planificó el ataque, ejecutado por la organización terrorista Hezbollah. Esta sentencia estableció que los perpetradores podrán ser juzgados en cualquier parte del mundo y sin límites de tiempo.
> EL ARTISTA
Julio Menajovsky es fotógrafo, fotorreportero, militante, docente y un ‘trabajador de la memoria”. Porteño, nació el Día de los Inocentes. A los 23 años, fue detenido por su militancia y recorrió, en condición de preso político, distintas cárceles del país. Recuperó su libertad definitiva en septiembre de 1983, luego de pasar un año bajo el régimen de “libertad vigilada” a disposición del Poder Ejecutivo Nacional (PEN). Entonces se exilió en Francia para reencontrarse con su mujer e hijo y retomar su profesión de fotógrafo. En 1985 regresó al país convertido en fotoperiodista. Como tal, integró numerosos medios como Cambio 16, de España, Revista Crisis, Editorial La Urraca, Editorial Perfil y los diarios La Razón y La Capital. Fue docente universitario en la Universidad de Buenos Aires (UBA), la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires (UNICEN), TEA y la Universidad de Palermo (UP). Fue uno de los profesionales que como miembro de la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina (ARGRA), desplegaron a nivel nacional la campaña “No se olviden de Cabezas” para evitar la impunidad del crimen de su colega asesinado en Pinamar.