Es muy positivo que se haya avanzado en el aumento de las multas para quienes sean detectados maltratando o abusando de los animales domésticos, pero también es necesario que se avance en el tema de la protección de la fauna autóctona o silvestre, para evitar la caza indiscriminada que, como se sabe, se sigue practicando en toda la provincia con total impunidad, al no ser muy efectivos los controles que se implementan actualmente desde la Secretaría de Ambiente del Gobierno de la provincia.

El haber interceptado, hace unos días, a un grupo de cazadores con 8 guanacos muertos es solo una pequeña muestra de la gran actividad de los cazadores furtivos durante los fines de semana, que recorren distintas zonas de la provincia, en vehículos aptos para todo terreno y con armas de distintos calibres, con los que realizan las matanzas.

La falta de un censo que pueda llegar a establecer la cantidad de ejemplares de animales autóctonos que hay en los campos, determina que tampoco se conozca si el número de animales que son cazados con fines simplemente recreativos y no por necesidad para alimentarse de ellos, representan un elevado porcentaje del total que se estima habitan en los valles; en las zonas precordilleranas y cordilleranas o en las planicies.

Si bien la Secretaría de Ambiente es la encargada de controlar la caza furtiva, es necesario que otros organismos del Estado vinculados a los recursos naturales; a la circulación de vehículos en zonas alejadas y descampadas o los municipios, colaboren con esta tarea, ejerciendo la vigilancia delos lugares donde se puede desarrollar esta actividad. También los particulares pueden ser los encargados de denunciar la presencia de cazadores, tal como se ha hecho en varias ocasiones en la Estancia Don Carmelo, en el departamento Ullum donde gracias al accionar de particulares que suelen visitar ese lugar, hace un par de años fueron detectados varios grupos de cazadores que ingresaban a esa reserva natural con el propósito de cazar guanacos y otros animales autóctonos en matanzas que de acuerdo a algunos testimonios no han cesado en varios puntos de la provincia.

El aumento de las multas, como también de las penas por este tipo de ilícitos, y la confiscación inmediata de todos los elementos que se utilizan para este tipo de caza, es una medida que debe ejercer con mayor rigurosidad, lo mismo que la difusión de los nombres de quienes sean sorprendidos en estas prácticas, algo que por lo general no se estila o no se quiere realizar por no involucrar a personas conocidas de nuestro medio.

Desalentar la caza furtiva de animales silvestres es una prioridad para conservar nuestra fauna autóctona y la biodiversidad de los ecosistemas que deben ser protegidos en nuestro ámbito.