Fotos: colaboración Aumi Art

¿Quién en su vida escolar no ha llenado los márgenes de la hoja del cuaderno de líneas, círculos y otras figuras geométricas entrelazadas y repetidas una y otra vez? Seguramente todos y cada uno ha tenido esta ‘manía” -por así llamarlo- del garabato constante, frecuente, divertido y hasta tranquilizador que no se limita al momento de la adolescencia sino que traspasa la vida de las personas y que más allá que parezca una práctica lúdica encierra un sinfín de bondades y beneficios, según los expertos que lo han estudiado y desarrollado bajo un nombre propio, más precisamente, Zentangle. Ahora hay una oportunidad para revivirla y por qué no, para quienes no lo pusieron tanto en acción, para experimentarlo entendiendo de qué se trata. Dicen que quien lo descubre, nunca más lo deja de lado. Susana Matellán, artista, docente y terapeuta consteladora y experta en biodescodificación e hipnosis, es quien las está llevando adelante con la convicción de que mejora la calidad de vida.

El Zentangle que Matellán propone tanto para hacer de manera individual, a cualquier edad, como a su vez para compartir entre amigas, con la pareja, entre madres e hijos y abuelos y nietos, según su definición, ‘es una forma de dibujo intuitiva y libre, como aquellos garabatos que todos hemos hecho en esos momentos en que la mente está distendida. Eso es que hay que promover: volver un poco más consciente de lo que se está haciendo, intencionado y sobre todo como una forma que ayuda a poner la mente en un estado de trance y de relajación para desconectarnos de los típicos pensamientos racionalistas que tenemos a lo largo del día. Estos son apenas algunos de los beneficios adicionales que trae este tipo de práctica”, asegura quien lo incorporó para siempre en su vida artística luego de cerrar su capítulo como fotógrafa, lo que le provocó, entre otras cosas, el sentirse ‘como en el aire”, sin poder encontrar atractivos ni intereses que le llamaran la atención ni tampoco modos para expresarse. Primero empezó a cantar todas esas melodías que le gusta escuchar desde música latinoamericana a tango, algo en lo que sigue explorando. Pero le faltaba algo más. Necesitaba poner sus manos en movimiento y empezó a pintar piedras, casi de manera ingenua.

‘Y las piedritas me fueron llevando hacia los patrones y así hasta el Zentangle, algo que jamás había escuchado ni practicado. Por mi formación docente, me nació compartirlo con amigos, conocidos y ya me puse más exigente conmigo misma y se transformó en esta posibilidad de enseñarlo a otros”, detalla. Al principio lo incluía esporádicamente como actividad en algunos espacios y fue tal el interés que fue haciéndolo más cotidiano.

Esta técnica de dibujo nació en Estados Unidos de la mano de Rick Roberts (Historiador de Arte) y de María Thomas (calígrafa), haciendo un juego de palabras entre zen que significa meditar y tangle que es garabato. Los iniciadores delimitaron pautas y reglas de cómo hacer el dibujo aunque siempre manteniendo la premisa de ser algo ‘casual, que busca rellenar los espacios siguiendo patrones de diseño que se repiten”. La propuesta era usar hojas blancas y tinta negra (se recomiendan microfibras), de ciertas medidas y lograr una ilustración abstracta. Sin embargo, con el paso del tiempo y la apropiación de la gente, estos principios se han ido flexibilizando. Hay muchos que incorporaron colores (desde acrílicos a acuarelas), probaron con distintos tamaños, algunos buscan obtener juntando garabatos un dibujo un tanto más figurativo e inclusive, otros, como Susana que bajo su nombre artístico Aumi Art, lo aplica a objetos. Ella con patrones dibuja cajas.

Para trabajarlo es fundamental la concentración y una guía sutil que ayude a conectar con la actividad. Además de la predisposición de cada uno, si se suma una música tranquila, (ya que es fundamental la atmósfera de silencio que se genera) y aromaterapia, es un combo ideal. Se puede dibujar solo o acompañado por otros. Se puede realizar en cualquier espacio y momento -desde el colectivo hasta en una sala de espera, una reunión, antes de ir a dormir o un atelier por supuesto- . ‘Lo maravilloso que tiene es que es tan simple que se necesitan mínimos recursos porque lo más importante no es el resultado artístico, que es secundario, sino el proceso y el estado que es como un leve trance o una relajación profunda. El dibujo es el vehículo para alcanzar ese estado”, explica Susana.

Para probar con los zentangles no es necesario ser un experto dibujante o estar vinculado al Arte. Tampoco ser perfeccionista o prolijo. Vale el error y no hay correcciones. ‘Si una raya sale entrecortada refleja cómo está la persona en ese momento. Con estos dibujos se puede ver claramente el estado emocional, anímico de cada uno y a medida que se vas relajando todo va fluyendo y se va soltando”, agrega y especifica que tanto la repetición de patrones y esquemas, algunos más simples, otros más complejos, son una oportunidad para ‘reencontrarse con uno mismo y tomar conciencia del estado físico, emocional, de cómo está tu mente en ese momento, también de tus frustraciones, autoexigencias e inclusive autoboicots, pero a su vez ayuda a mejorar la autoestima, disminuir la carga mental y emotiva, desarrollar la tolerancia, conectar con el presente, combatir el estrés, el miedo y la ansiedad, es muy útil también para calmar el dolor, por ejemplo, porque te saca de un foco y te ponen otro foco, fomenta muchísimo la creatividad y sobre todo, estimula la parte más lúdica y creativa porque activa el lado derecho del cerebro”, explicita y rescata que al final de cada encuentro es tal el nivel de relajación que resulta terapéutico.

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Susana tiene una amplia agenda con talleres para quienes estén interesados en el mundo del Zentangle en el que ‘Todo es posible trazo a trazo”, tal como denomina a estos espacios: El 1 de agosto habrá un encuentro en el Centro de Integración (Entre Ríos 61 norte, Capital); los viernes de 2 y 16 Agosto y 6 y 13 de septiembre en Casa Madre Centro Holístico (Juan Jufré 1480 oeste, Capital), el 10 de agosto próximo en el Espacio Cultural Zuray (ubicado en Lencinas y Avenida Circunvalación 1687 este, Santa Lucía) y el sábado 7 de septiembre en Rastreador Calivar 1230 norte, Rivadavia.

Tiene propuestas en horarios de siesta y de tarde-noche, por lo tanto será propicio contactar a la artista a través de su celular (2644 05-9895) o su Instagram @ como Aumi_art para conocer más detalles.

La actividad es arancelada y tiene promociones para quienes vayan acompañados.