Si dependiera de él, Fernando Gago, quiere seguir al frente del equipo para buscar su revancha, después de la humillante eliminación de Boca en la fase de repechaje de la Copa Libertadores de parte de Alianza Lima, que lo dejó con las manos vacías de cara a la competencia continental.
Pero no todo depende del entrenador que en cuatro meses al frente del plantel profesional de Boca Juniors (“nunca pudo hacer jugar bien al equipo, ¡y eso que tiene jugadores, eh! – Juan Román Riquelme dixit) la decisión viene del Consejo de Fútbol de la entidad, pantalla puesta para despersonalizar las decisiones del cada vez más discutido presidente xeneize.
Según versiones periodísticas antenoche Riquelme y sus amigos del CPF determinaron que la etapa de Gago llegó a su fin y que el partido de esta noche ante Rosario Central sería el último.
Aunque el DT se mostró con confianza en revertir la situación y salir adelante, y hasta ayer por la mañana no tenía pensando renunciar. Se desayunó con la decisión -extraoficial- de la dirigencia. Y todo entró en un terreno confuso, poco prolijo, como si lo estuvieran empujando a irse sin querer echarlo.
Entre lo que se filtró a la prensa es que Riquelme espera un gesto del técnico y de esa manera evitar un juicio por incumplimiento contractual y todo lo que eso conlleva.
Incluso ya se habla que Mariano Herrón, el piloto de tormentas al que acude Riquelme cada vez que se produce la desvinculación de un técnico, sería quien quede al frente del plantel hasta que se decida quien reemplazaría a Gago en la silla caliente que es el banco de Boca.
Los nombres de Guillermo Barros Schelotto y Gabriel Heinze son los que sonaron más fuerte. Pero también se encuentran en la nómina de posibles entrenadores xeneizes.
Por de pronto, Gago ayer dirigió la práctica y dio la nómina de convocados para el partido ante Rosario Central.