El próximo sábado, a las 18.00 de Argentina (24.00 de Arabia Saudita) chocaran en un ring montado en la ciudad de Riyadh, los dos mejores pesos pesados del momento. El británico Tyson Fury (34-0-1, 24 KOs) actual campeón del CMB, y el ucraniano Oleksandr Usyk (21-0, 14 KOs) que ostenta los cinturones de la AMB, OMB y FIB. Ambos invictos se medirán en una de las peleas más esperadas de los últimos años, la que será también la que defina al primer campeón indiscutible de los pesos pesados en 24 años. Desde el británico Lennox Lewis, en el año 2000, que no hay un solo monarca de los pesos completos.
Ambos se enfrentan a la pelea más importante de sus vidas con tres meses de retraso, luego de que Fury sufriera un corte en la ceja en una pelea contra un sparring y tuviera que postergarse el combate que entre dimes y diretes, por problemas de reparto de dinero y demás, se ha retrasado un par de años.
Usik, que fue campeón indiscutido de los cruceros, aceptó ceder parte del porcentaje del cachet total, para que Fury, que alguna vez dijo que peleaba “si le pagaban una bolsa de 100 millones de dólares”, cobre -como mínimo ese monto porque los derechos televisivos lo aumentarán- y se haga el combate. El ucraniano recibirá, de base 42 millones de dólares por la pelea que llegará a San Juan por la señal de cable ESPN.
A tres días de la contienda las apuestas están parejas entre dos gladiadores de estilos marcadamente opuestos.