Con una gran demostración de carácter y jerarquía, San Martín barrió con Chacarita Juniors, al que derrotó 4 a 0, y alcanzó en el puntaje de la cima de la tabla a su homónimo tucumano, al que supera por diferencia de goles. Si hoy terminara el torneo, los verdinegros jugarían la final por el ascenso; pero a este libro aún le restan nueve capítulos por escribir y los dirigidos por Raúl Antuña deberán redactarlos uno por uno.

Es cierto que la actual versión de Chacarita Juniors debe ser una de las peores de los últimos años. Pero sería injusto no reconocer que todas sus falencias futbolísticas fueron reveladas por una contundente versión de San Martín. El de ayer era un partido para ganarlo, y hacerlo bien, buscando los goles necesarios para tener una leve luz de ventaja con respecto a los tucumanos, quienes hace un par de fechas atrás al “funebrero” le ganaron en tiempo agregado con un gol de rebote en La Ciudadela.

El moño, del regalo. Molina entrando como un nueve clásico define ante la salida de Arzamendi, convirtiendo el gol que cerró la goleada.

Ayer, de entrada San Martín salió a buscar el partido. La presión alta y la dinámica de movimientos asfixiaron a Chacarita. Al minuto Montagna cabeceó desviado un centro de Casas. Molina por la derecha y Álvarez por la izquierda hicieron un callejón con sus proyecciones que desestabilizaban las endebles defensas rivales.

A los 13 minutos Funez, que suele encontrar todas las monedas que se caen en el área, conectó un rebote y abrió el marcador. Cinco minutos más tarde, luego de un centro de Álvarez, metió un cabezazo cruzado abajo y marcó el 2-0. Hasta allí había un solo equipo en la cancha: San Martín.

Grito pelado. Funez abrió el marcador y ofrendó su gol a la hinchada.

Después, apoyado en el criterioso despliegue de López García, que siempre está para recibir o dar un toque preciso; en la fortaleza aérea de Cáceres que saca todo pelotazo que cae en su área, y en el solidario accionar de todos, el verdinegro se replegó, le cedió campo y pelota a Chacarita, cuyas aspiraciones murieron en un fulbito carente de actitud y profundidad. Por eso no sorprendió que en una corrida titánica, Álvarez madrugó al zaguero Cristian González y tocó atrás para que el González, de San Martín, El Pulpito, “colgara” del ángulo un preciso remate cruzado desde 22 metros. Era el 3-0. El partido estaba definido, pero el reglamento indica que hay que jugar 90 minutos, y en ellos San Martín ratificó todo lo bueno del primer período.

Molina marcó el cuarto, luego de un pase filtrado de Montagna y confirmó que San Martín con el argumento de su fútbol, simple y efectivo, infla el globo de la ilusión de toda la provincia por volver a la Primera División.

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En la tarde del sábado 31 del corriente mes, San Martín visitará a San Martín de Tucumán en La Ciudadela, el partido entre los dos líderes de la Zona A se disputará a las 17.00 y será televisado por TyC Sports.