Es la dupla que emergió a principio de los años setenta y que con sus canciones de folk, rock y de protesta, enriquecieron el repertorio floreciente del rock nacional de toda una generación despierta y creativa. Miguel Cantilo y Jorge Durietz forman desde hace casi 60 años el dúo Pedro y Pablo, que regresará a San Juan a compartir con el público el show ‘Para que cantemos juntos’, el 24 de noviembre. En el Cine Teatro Municipal, repasarán sus clásicos y también sus recientes producciones con una mezcla novedosa de sonidos y ritmos autóctonos argentinos. Para DIARIO DE CUYO, Cantilo habló sobre el origen, el presente y el futuro de esta fórmula musical que no deja de manifestarse en los escenarios.
– ¿Cómo se originó esta dupla en donde no tenían un nombre definido?
– Hubo una corriente muy divulgada en la juventud de aquella época, en formar bandas y grupos a la usanza de Los Beatles y los Rolling Stones. La variante que le dimos fue hacer un dúo vocal a dos guitarras y tomamos como modelo a Simon & Garfunkel. Para encarar el primer disco, no teníamos nombre, entonces decidimos encarar con Pedro y Pablo, fue fácil de memorizar y nos pareció mejor que nuestros nombres de pila. No fue fácil al principio, pero en cuanto la gente fue aceptando el contenido de las canciones empezó a cambiar la situación. El espaldarazo justo fue con La marcha de la bronca, en nuestro segundo disco y a partir de ahí comenzamos a girar por el país.
– En una época de expansión del rock progresivo, ustedes venían con sonidos del folk y del tango ¿fue como un toque diferente?
– Es así, porque el folklore nacional tuvo su boom en los 60, pero todavía éramos chicos para entender aquel repertorio. En todas las casas de familia había una tendencia de escuchar y cantar folklore. Fue nuestra principal escuela de formación instrumental escuchar zambas y chacareras. Pero cuando aparecieron Los Beatles, nos cambió todo. Por otro lado, aunque nunca fuimos tan tangueros, lo asimilamos con el sonido moderno que brindaba Piazzolla y nos identificamos con las letras de Ferrer.
– ¿Cómo mantuvieron esta dupla artística y de amistad durante tanto tiempo?
– Elegimos trabajar juntos de manera intermitente y eso fortaleció la posibilidad de cada uno aporte cosas nuevas cuando nos reencontramos a tocar. Tenemos un enorme respeto mutuo, por más que seamos diferentes y tengamos diferentes puntos de vista. Sostenemos la misma magia desde el principio, la llama sigue encendida y se motiva con esta gira que hacemos. Cuando subimos a escena nos transformamos, cuando bajamos, lógicamente sentimos los achaques físicos. Pero hay gente mayor que nosotros que sigue llenando estadios y la edad no les pesa. Paul McCartney tiene 82 años y sigue de pie, son estimulantes ejemplos que demuestran que este oficio no tiene jubilación.
– ¿Buscaron que las canciones no solo suenen bien, también que inviten al pensamiento crítico?
– Sí porque tuvimos el efecto del boom literario de fines de los ’60. La juventud leía mucho en prosa y en poesía a determinados autores y eso se nos metió en nosotros. Cosa que no solo fue aquí, también en España con Serrat o la canción latinoamericana con Silvio Rodríguez, que le daban un ángulo respetuoso de la poesía a la canción. Por eso cuidamos mucho en las letras, musicalizar poesías y en reflejar lo que pasa en la sociedad. Esa costumbre la mantenemos con los años, las canciones de Pedro y Pablo son un vehículo de transmisión de ideas, no simplemente cantar por cantar, sino de ideas espirituales, sociales y filosóficas.
– Teniendo a Trump en el norte y Milei en el sur ¿le genera tristeza que La marcha de la bronca siga vigente?
– Sí, da pena. La verdad preferiría no tener que cantarla más, no me alegra y veo que está respaldada por un sentimiento que en el fondo es contradictorio. Porque no estoy conforme con la situación que nos pasa. Es una canción escrita durante la dictadura militar y que es totalmente aplicable a lo que vivimos ahora, que se parece mucho a la dictadura. Preferiría no tener que incluirla en el repertorio, pero paradójicamente es la canción más pedida por la gente. Por alguna razón, es la que más entusiasmo se siente en las actuaciones. Estamos en una época que no estamos para nada contentos sobre cómo se conduce el país y también al mundo. La deriva es general.
– Los nuevos temas El Piquetero y Para que cantemos juntos ¿qué espíritu intentan expresar?
– Hacemos un retrato de la figura, del personaje de un piquetero. No tomamos partido, sino que nos metemos en la mente para comprender qué es lo que lo lleva a la acción a tomar la calle y protestar. La canción pretende dar respuesta a la mala prensa que se fue creando por los medios, sin tener en cuenta que hay una razón de ser en el fondo. Y el otro es un carnavalito que fomenta la necesidad que tenemos los humanos por cantar. Cantar produce bienestar, catarsis y es un gran compañero.
– ¿Ambas tienen en común, manifestar demandas y derechos insatisfechos?
– Así es, son temas contestatarios pero con un elemento esperanzador, con una apuesta a que las cosas cambien. Al igual que la Legión interior o Gente del futuro, son en el fondo, protesta y a la vez, propuesta.
– ¿El tema Padre Francisco, es otro canto a la esperanza?
– Está inspirada en el Movimiento de Sacerdotes del Tercer Mundo, los cuales muchos desaparecieron o murieron y que fueron parte de nuestra generación. En especial al Padre Carlos Mujica, quien fue un amigo personal nuestro. Él encarnaba al hombre solidario, que se mezclaba en la pobreza y hacia todo para que mejore la situación de la gente. En este tiempo donde crece la indigencia en el país y que el valor de la solidaridad y los Derechos Humanos tienen mala prensa, me parece que es canción muy oportuna y que reivindica a gente que se jugó la vida por ayudar a los más necesitados.
– ¿Se viene un disco nuevo?
– Estamos a la mitad del proceso. Por eso abordaremos las nuevas canciones en este show y seguiremos produciendo y grabando. Hay un código diferente actual en donde ya no existe el soporte físico. La industria musical dictaminó que la genta no tenga donde reproducir discos compactos, vinilos y cassettes. Todo eso pasó a la historia. Lo que podemos hacer es compartirlo por plataformas digitales y que cada tanto iremos lanzando nuevos temas. Nos adaptamos a las nuevas leyes de la transmisión musical, aunque no estemos de acuerdo con ellas, no nos queda más remedio que aceptarlas.
DATO
Pedro y Pablo. Domingo 24 de Noviembre. 20:30 hs. Cine Teatro Municipal de San Juan (Mitre 41 este). Entradas: $30.000, $25.000, $20.000 y $15.000. Anticipadas en EntradaWeb y boletería.