Si algo está claro es que las chicas argentinas se esforzaron al límite. Lo dieron todo. Pero a veces toda esa entrega no alcanza. Como ayer cuando España les ganó bien por 4 a 1 y les impidió defender la corona que habían ganado dos años atrás en San Juan. Las Aguilas quedaron fuera de la final y ahora necesitan una rápida recuperación anímica para encarar el partido que deberán jugar hoy a las 8,30 por la medalla de bronce ante Italia. La final será entre España y Portugal.

La victoria de España en una de las semifinales del Mundial de Novara no admite ningún tipo de discusiones. Fue más que la Argentina y lo plasmó en el marcador. Basó su victoria en una gran defensa y en la mezcla de oportunismo y efectividad en el arco de enfrente. Dos veces pegó golpes mortales que fueron momentos de inflexión del partido. El primero fue en el amanecer del partido cuando la goleadora Aina Florenza la mandó a guardar a los 39 segundos de juego. Durísimo para Argentina. Y el segundo fue después que Las Aguilas habían descontado y el tablero estaba 2-1, al marcar el tercer gol y aplacar las ansias argentinas.

En toda esa primera parte España lució más seguro, más compacto. Se agrupó bien para defender y preocupó siempre con sus contragolpes. Como siempre la experimentada capitana Ana Casarramonase encargó de dominar los tiempos del equipo. El juego de Argentina fue embarullado. La desesperación por igualar el partido les jugó en contra. La buena marca rival le impidió meter esos pases cerebrales a Luchi Agudo; y Julieta Fernández y Florencia Felamini no estuvieron finas en la definición. Con el ingreso de Adriana Soto y Gimena Gómez se emparejó el juego pero con España siempre mandando.

En el complemento no se dieron grandes variantes. La Argentina fue y fue pero se encontró con el buen trabajo de la arquera Anna Ferrer y con la esforzada marca de sus compañeras. Quedan en el aire un par de cobros equívocos, en favor del equipo español, por parte de los árbitros. Pero ya la suerte estaba echada y España aumentó a un 4-1 indescontable.

Para Las Aguilas fue derrota. Sufrida, penosa, pero terminando con la frente en alto. No pudieron con la capacidad y atributos del ordenado y efectivo equipo español. Hoy tienen una nueva misión: jugársela por ganar la medalla de bronce. Será un sacudirse, apretar los dientes y meterle para adelante.