Durante el 2024, más de cien países de todo el mundo han tenido elecciones con cambio de autoridades, lo que abre la posibilidad de que pueda constituirse un nuevo orden de naciones dispuesto a trabajar por la paz mundial, uno de los mayores desafíos globales que no han podido superarse hasta el momento por los intereses y tozudez de líderes de países hegemónicos que pretenden por la fuerza alcanzar objetivos de dominación sin tener en cuenta el sufrimiento de los pueblos involucrados.

La escasa efectividad de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) para lograr un alto del fuego en los principales conflictos bélicos, como el de Rusia con Ucrania, es una muestra de la necesidad que existe de que todas aquellas naciones de buena voluntad que están solicitando una tregua o la terminación de esas guerras, se aúnen en una acción generalizada para exigir ese propósito de una manera absoluta y contundente.

Conforme a la declaración de varios mandatarios en funciones o próximo a asumir sus cargos, como el presidente electo de EEUU, Donald Trump, existe el consenso necesario para trabajar en favor de la paz mundial implementando estrategias que lleven, si es necesario, a aplicar duros castigos de la comunidad internacional a aquellos países en guerra que no estén dispuestos a reconsiderar sus posiciones e intentar llegar a acuerdo de paz que den por terminados los conflictos.

Si bien el mundo afronta en estos momentos varios desafíos globales como puede ser el hambre en varias regiones del planeta; el cambio climático que está afectando a varias áreas vitales y las migraciones que implican precariedad para las familias que dejan sus lugares de origen, el tema de las guerras y el desarme de las grandes potencias es uno de los asuntos más preocupantes, ya que de ello depende el futuro del planeta.

Respecto de las guerras hay que tratar por todos los medios, en cada uno de los países, inculcar el deseo de vivir en paz, como una forma de asegurar una mejor calidad de vida y el progreso de las distintas comunidades.

Es necesario también comprender que en un mundo en paz se pueden alcanzar los objetivos de vivir con tranquilidad y ejercer la libertad de practicar un libre comercio que es la llave que muchas naciones tienen para crecer en materia económica.

El objetivo debe ser uno solo, aunar esfuerzos entre todas las naciones del mundo para lograr algo que hasta ahora no se ha conseguido: exigir que las naciones en conflicto depongan armas e inicien un proceso de diálogo si no quieren someterse a que el mundo entero los excluya, sancionándolos económicamente y cortándole toda vía de contacto con el resto de las naciones.

Lógicamente, no se trata de una tarea que sea sencilla, pero es el momento y la oportunidad propicia que se da en medio de los procesos de cambios que están viviendo varios países del mundo.