Se dice que la Argentina está en deuda con sus bosques, y esto es así porque en las últimas décadas es poco lo que se ha hecho para atacar las principales causas de la deforestación a fin de ejercer una acción directa y efectiva para la preservación de este recurso natural.

A pesar de contarse con una ley de presupuestos mínimos para la protección de los bosques nativos, no se la ha aplicado como corresponde, al no haberse previsto su financiación y, por lo consiguiente no disponer de fondos para impedir que los bosques continúen en una franca reducción de la superficie que abarcan, de una manera alarmante.

Según el área de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, la deforestación se está produciendo por las siguientes causas: los incendios, la expansión de la frontera agrícola, el sobrepastoreo, el desarrollo de infraestructura, la sobreexplotación de los recursos forestales, la deficiente aplicación de la legislación y la falta de controles. Pero también existen causas indirectas como los factores demográficos, económicos, tecnológicos y culturales. Expertos en el tema consideran que no se puede desconocer que la deforestación está causada especialmente por los desmontes que se realizan utilizando grandes topadoras.

Es importante señalar que los bosques ofrecen numerosos servicios a la comunidad en forma permanente, entre ellos proporcionan comida a millones de personas, además son importantes para regular hídricamente grandes superficies que los necesitan para evitar las inundaciones. Son también la fuente de muchos principios activos para la industria farmacéutica y para promover el turismo.

Asimismo constituyen un stock importante de carbono con el que se atenúa el problema de las alteraciones climáticas que produce la deforestación.

Otro aporte indirecto de los bosques al ambiente es que contribuyen a la conservación de las fuentes de agua, la prevención de las inundaciones y la protección de los suelos.

Según datos difundidos por entidades ambientalistas, cada hectárea de selva misionera atesora, al menos, 189.5 toneladas de dióxido de carbono y que la totalidad de los bosques nativos que quedan en el país hacen lo propio con 9.300 millones de toneladas, suficiente para compensar las emisiones de los autos, camiones, aviones, usinas, industrias, ganado y cultivos argentinos durante 18 años.

Como ocurre periódicamente, los incendios forestales continúan afectando miles y miles de hectáreas que luego resulta muy difícil de recuperar. En los últimos años las pérdidas provocadas por el fuego han venido aumentando progresivamente, porque ha sido bastante dramático el incremento por el contexto de las alteraciones climáticas y por fallas en el Servicio Nacional de Manejo del Fuego, sobre todo en cuanto a la detección precoz de los focos de incendio.

Los números alertan y nos exigen trabajar de forma urgente para revertirlos. Si bien en esto tienen una gran responsabilidad las autoridades locales y nacionales, cada uno de los argentinos tiene el poder de aportar a la conservación de las especies nativas en pos de mantener nuestros bosques.