Una de arena y dos de cal. Esa parece ser la consecuencia para el empresario Víctor Esteban Di Luciano (al menos en la justicia penal) en sus conflictos legales con su expareja. El 28 de abril pasado fue sobreseído a pedido de la fiscal Adriana Ginestar (UFI CAVIG), del delito de violaciones reiteradas agravadas por el vínculo e incluso a punta de arma contra la mujer. Pero ayer, el juez de Garantías, Eugenio Barbera, lo condenó a 1 año sin encierro por tener ilegalmente una carabina calibre 22 y 16 balas para esa arma. Y, además, le aplicó 2 años de reglas de conducta, entre las que se incluyó la orden expresa de no molestar ni contactar por cualquier vía a su ex, ni acercarse a ella a menos de 300 metros, dijeron fuentes judiciales.

¿Por qué aplicar esta medida si ya fue sobreseído? Según fuentes judiciales, tanto Fiscalía, como el abogado que representa a la mujer, César Jofré, consideraron que no desaparecieron las circunstancias de una supuesta violencia de género contra la denunciante. Y mencionaron como ejemplo el conflicto que aún está abierto en un juzgado del fuero de Familia.

La resolución del juez implicó la ratificación del acuerdo de juicio abreviado logrado entre la Fiscalía con el dueño de la firma “Puerto Libre” y su abogada, Adriana Cabrera de Pandiella. Esta letrada había buscado desplazar a la Parte Querellante, porque entendió que su presencia en el proceso no se justificaba luego de que su cliente fuera sobreseído. Sin embargo, el propio Jofré y Fiscalía replicaron que la causa había nacido como un todo en la denuncia (delito sexual y, además, tenencia ilegal de un arma), y que aún estaban en pie las razones para sospechar que existió violencia de género. El juez también lo entendió así, y por eso ratificó la presencia de la Parte Querellante en la causa, indicaron fuentes judiciales.

La denuncia contra el empresario había sido gravísima. Su expareja dijo que la obligaba a tener relaciones, que la fotografiaba en esas situaciones y que ella no se oponía porque la golpeaba. También dijo que a causa de ese trato violento, cayó en el consumo abusivo de alcohol y drogas, que su ex le proporcionaba para seguir abusando de ella de manera violenta. Y que luego de separarse accedió a tener sexo con él, pero a cambio de que le diera “unos $2.000 o $3.000” para su propio sustento y el de su familia.

Di Luciano siempre negó haber cometido actos violentos y menos haber violado a su expareja. Y atribuyó la denuncia en su contra al crítico estado de la mujer a causa de sus adicciones.