Las dos maestras jardineras que declararon haber ido a la casa de Chimbas del músico Luis Darío Endrizzi (35), el 7 de diciembre del año pasado, alrededor de las 16,30 y haber visto llegar a su vecino, Carlos Crespillo (79) a entregarle la tarjeta SUBE, una bolsa con un par de zapatillas y un papel que cayó de esa bolsa. Un amigo de la víctima que tiene un taller y dijo haber estado con él ese jueves a la tarde. Dos músicos que aseguraron haber ensayado también con Endrizzi temas que tocarían el fin de semana. Otro vecino que relató haberlo visto ese jueves sobre las 21, discutiendo y, al parecer siendo amenazado, por un sujeto de un auto azul. O la vecina que al otro día, el 8 de diciembre por la mañana, declaró que Crespillo fue a comprarle pan y le dijo que le quedaban ‘bonitos’ los adornos navideños.

Para los jueces Matías Parrón, Celia Maldonado y Eugenio Barbera, esos testigos fueron una de las patas clave para dudar de la teoría del fiscal coordinador, Iván Grassi, y el ayudante fiscal, Maximiliano Gerarduzzi (UFI de Delitos Especiales), que ponía a Endrizzi como autor de un homicidio agravado criminis causa (matar para ocultar que le había robado) de Crespillo, cometido justamente el jueves 7 de diciembre en la ‘siesta tarde’.

La otra prueba, también clave, la aportó el médico que realizó la autopsia. Dijo que Crespillo pudo morir unas 48 horas antes de ingresar a la morgue judicial (eso ocurrió a las 22,30 del domingo 10 de diciembre), con más o menos 12 horas, lo que para el tribunal dejó en claro que el crimen ocurrió el viernes 8 de diciembre.

Esos fueron los puntos salientes en los argumentos del tribunal, sobre su decisión de haber absuelto por el beneficio de la duda a Endrizzi el pasado 30 de setiembre. Para ese momento llevaba 9 meses preso, acusado de haber matado a su vecino para robarle dinero, pues una semana antes había sacado $365.000 de un banco.

En su fallo, los magistrados no hicieron lugar al pedido de Fiscalía de investigar por falso testimonio a las docentes amigas de Endrizzi. Y tampoco detectó que Fiscalía hubiera cometido irregularidades, algo que para la defensora, Paola Miers, está más que acreditado. De hecho en el juicio pidió ‘máximas sanciones’ Grassi (a quien trató de ‘perverso y manipulador’) y su equipo de investigación, y ayer dijo que lo denunció penalmente en la UFI Genérica.

Además de dudar sobre el día y la hora del crimen, el tribunal aseguró que no se probó que Endrizzi hubiera violentado puertas para entrar a la casa de Crespillo como sostuvo Fiscalía. Cuestionó que no se incorporara un perfil genético (ADN) ni se hicieran pericias en dos cinturones encontrados en la escena del crimen, uno sobre el cuello (Crespillo murió estrangulado y tenía costillas quebradas) y otro sobre una columna de la casa, no exhibido en el juicio.

En el fallo, se mencionaron relatos de familiares de la víctima, en los que admitieron los problemas que tenían con él porque vendía terrenos de una herencia, cuestión que le generaba conflictos con quienes le compraban, porque no podía entregarles los papeles.

Fiscalía buscará revertir el fallo.