En un partido donde, por momentos, fue superada. En el que no pudo marcar predominio desde el manejo de la pelota, y con algunos rendimientos individuales por debajo del nivel habitual de algunos jugadores, entre ellos Lionel Messi; el seleccionado argentino de fútbol, que empató 1 a 1 con Ecuador, pasó a las semifinales por la gigante figura del Dibu Martínez, que aparte de atajar lo que le tiraron durante el partido, sacó los dos primeros penales de la serie decisiva. El primero ante Mina -a la izquierda- sirvió para redimir a su capitán Leo Messi que al primer penal lo estrelló contra el travesaño. El segundo ante Minda, sobre el otro palo para fortalecer la confianza de sus compañeros y poner un balde lleno de plomo sobre los lanzadores ecuatorianos. Después, Julián Álvarez, Gonzalo Montiel y Nicolás Otamendi pusieron cifras definitivas. Fue 4 a 2 en la tanda de penales, había sido 1 a 1 durante los 90 minutos, con gol de Lisandro Martínez, a los 35 minutos del primer tiempo. Al empate lo anotó Kevin Rodríguez, en el primer minuto de los cinco agregados.

Debut, en la red tuvo el zaguero Lisandro Martínez. “Licha” anotó el gol tras una jugada preparada en el laboratorio.

Con un trabajo táctico muy bien estudiado, y una notable entrega física, Ecuador complicó a la Argentina en el primer tiempo. Y, sin llegar a concretar algo ofensivamente, más allá de un remate que Dibu Martínez tapó a Jeremy Sarmiento, sobre los 14 minutos, le costó quebrar a la férrea defensa albiceleste. Argentina tenía la pelota pero no hería, no tenía cambio de ritmo, pero como lo perdonaron fue creciendo hasta lograr la apertura del marcador, con una pelota parada. Lisandro Martínez conectó un cabezazo entrando por el segundo palo, luego que Mac Allister la había peinado en el primero.

En el segundo tiempo Ecuador fue más, física y futbolísticamente, obligó a que la Argentina abusara del pelotazo para salvar algunas situaciones. Los cambios que hizo Scaloni no modificaron la historia, y de tanto ir, Ecuador, que había perdido un penal, porque Valencia lo estrelló contra un poste; consiguió con un cabezazo de Rodríguez lograr la igualdad largamente merecida. Después, Dibu Martínez se vistió de héroe.