Ya hace una semana que están hospedados en el mismo lugar. Para ellos ya es su casa. Los chicos de la Selección Argentina se sienten seguros en su búnker en suelo italiano. Es el ‘Modo Hotel’, un lugar acogedor, cómodo y hasta familiar que está en la ciudad de Vercelli, a unos 20 kilómetros de Novara, donde se juega el Campeonato Mundial de la categoría.
Piezas cómodas que dividen a los jugadores en grupos de tres o cuatro, más las habitaciones reservadas para los integrantes del cuerpo técnico. El rito sagrado todas las mañanas desde el ingreso al hotel. Mientras los chicos arrancan a las 9 con el desayuno en un comedor reservado para el plantel argentino, ya hay alguien que está en plena actividad. Es Juan Manuel Garcés, el técnico, que sale a trotar, auriculares de por medio, por la zona aledaña. Toda la concentración y esfuerzo para tener la mente libre de problemas antes de encarar la jornada. Todo un ejemplo.
En tanto para los jugadores es el momento del trabajo. Los chicos bajan a un subsuelo donde empiezan sus movimientos físicos en un confortable gimnasio. A las órdenes del profe Guillermo García todo es pura concentración en el trabajo. Luego elongación, un tiempo libre y al almuerzo, siempre respetando los horarios establecidos. Inclusive existen ‘multas’ (como todos dicen) si se falla en el horario. En ese momento, los celulares entran en las prohibiciones.
Tonino, el propietario del hotel, es todo un personaje. Amable, simpático y entrador. Dispuesto a estar hablando con quien sea. Orgulloso que el plantel albiceleste esté en su hotel. Y admirador de ‘Juanma’ Garcés porque ‘es un verdadero padre para estos chicos’, según dice. Tonino regentea el lugar con toda su familia. Un grupo maravilloso que le da el toque familiar.