A los 34 años, a Margot Robbie le llegó el papel más deseado y fabuloso de su vida: ser mamá. Hace algunas semanas, la famosa actriz australiana dio a luz a un varoncito, fruto de su matrimonio de ocho años con el productor británico Tom Ackerley (a quien conoció en el rodaje del film Suite Française, de Saul Dibb). Días atrás algunas cámaras chismosas los capturaron justo paseando con su bebito por Los Ángeles y -tal como se vio en esas imágenes- desde su entorno aseguran que más allá de tener que acostumbrarse a los cambios y novedades propios de la maternidad, la rubia está disfrutando a pleno de esta nueva etapa de su vida.

Lejos, aunque sea por un tiempo, de las exigencias que suelen rodear a toda estrella, la protagonista de Barbie (entre otras tantas películas) se mostró muy relajada, abstraída en su propio mundo de tres y con un look mucho más cómodo que el que -muy glamorosa siempre- suele usar cuando está en público: vaqueros o pantalones anchos combinados con zapatos bajos y alguna remera o camisa más holgada; con el cabello más natural y prácticamente sin maquillaje. ¿Margot versión flamante mamá? Podría ser, aunque radiante como siempre… ¡O más! ¿No dicen acaso que la belleza real es la que brota desde el interior? Pues a Margot el amor y la felicidad le afloran por los poros, realzando la que Natura ya le otorgó, y generosamente.

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El bebé de Robbie llegó con el pan bajo el brazo, como se dice corrientemente. Transitando su último tramo del embarazo, la australiana se convirtió en la nueva cara de Chanel N° 5, todo un ícono del universo “beauty”.