El conocimiento de los primeros momentos de la conquista española de la actual región argentina de Cuyo ha sido de interés para numerosos y notorios historiadores argentinos y chilenos. Sin embargo, pese a estos notables aportes a la Historia local, hay aspectos que pueden ser especificados y aclarados. Uno de ellos es el origen de la expedición que organizó Juan Jufré en 1562 que fundó, entre otras acciones, la ciudad de San Juan de la Frontera. Para abordar este tema hay que recurrir a una vinculación que es conocida, pero que recientemente se ha revelado como crucial y más importante de lo que se creía: la relación entre Francisco de Villagra y Juan Jufré, un entramado político digno de una novela de intrigas.
Villagra y Jufré eran parientes y, por supuesto, se conocían antes de partir a América. Villagra residió en su juventud en Medina de Rioseco, ciudad de nacimiento de Juan Jufré y principal lugar de residencia de las familias Montesa y Cisneros. En el proceso judicial al que se vio sometido Villagra en 1558 en la ciudad chilena de Valdivia, Jufré testimonió que conocía a Villagra desde antes de 1533 en su tierra natal. Allí afirmó que lo conocía de “veinte e cinco años, poco más o menos”, que era su primo político y que lo vio partir “desde Medina de Rioseco a la guerra de Túnez”. Tras el regreso de esa expedición llevada a cabo en 1535, Villagra partió desde Medina de Rioseco hacia el Perú en 1537, por lo que no habría que descartar que los primos hayan acordado encontrarse en esas conquistas poco después, ya que los hermanos Juan y Diego Jufré se embarcaron hacia Panamá y luego pasaron al Perú en 1538.
Los primos se reencontraron en el Perú y ambos se incorporaron a la expedición que Pedro de Valdivia estaba organizando para ir a la conquista de Chile, tras haber compartido anteriormente algunas incursiones en el Alto Perú en 1540. Pero había una diferencia entre Villagra y Jufré. Si bien ambos fueron vecinos fundadores de la ciudad de Santiago en 1541, Villagra figuraba como un capital principal de prestigio y cercano a Valdivia, mientras que Jufré era considerado como un valiente y eficaz soldado. De esta manera con roles diferentes participaron en la mayoría de las acciones lideradas por Valdivia en la conquista de Chile. En 1548 Jufré acompañó a Valdivia en su campaña peruana en apoyo de las autoridades reales representadas por el Licenciado Pedro de La Gasca, mientras Villagra quedó a cargo del gobierno de Chile.
A su regreso, y en compensación por sus servicios, Valdivia ordenó a Villagra dirigirse al Perú a buscar refuerzos y regresar por el otro lado de la Cordillera de los Andes, a fin de explorar parte de la nueva jurisdicción otorgada por La Gasca a Valdivia en 1548. En cumplimiento de esta misión Villagra descubrió la actual región de Cuyo en 1551, incluido el Valle Central del Río San Juan, e incluso proyectó su conquista.
Sendos personajes por sus capacidades militares y políticas lograron a lo largo de estos años un sitial destacado dentro del conjunto de los conquistadores chilenos. Valdivia murió trágicamente a fines de 1553 y Villagra compitió por el mando en Chile, pero el nuevo Virrey del Perú, Andrés Hurtado de Mendoza, Marqués de Cañete, designó en 1557 a su propio hijo Don García Hurtado de Mendoza como Gobernador desairando a los antiguos compañeros de Valdivia. Don García arrestó y envió al Perú a Villagra. Jufré y el resto de los primeros conquistadores de Chile debieron soportar que los recién llegados con Hurtado de Mendoza ocuparan los lugares más destacados dentro del nuevo territorio español.
Sin embargo, cuando el Rey de España Felipe II tuvo noticias del comportamiento del Virrey del Perú lo destituyó, al igual que a su hijo. En su lugar, designó como Gobernador de Chile en 1560 a Villagra, quien vivió un repentino reconocimiento en Lima. Don García debía esperar el regreso de Villagra a Chile y someterse al juicio de residencia, pero no estaba dispuesto a sufrir su venganza. Partió rápidamente al Perú, pero antes organizó en el verano de 1561 una improvisada expedición a Cuyo, territorio descubierto por su rival para fundar allí una ciudad y premiar a sus partidarios y deudos con encomiendas de indios y mercedes de tierras. La expedición fue encabeza por Pedro del Castillo, quien fundó la ciudad de Mendoza el 2 de marzo de 1561, en honor a un gobernador que ya no estaba en Chile con el propósito de eternizar su nombre. Además, del Castillo estaba autorizado a entregar encomiendas sin necesidad de confirmación superior, hecho prohibido por las Leyes de Indias. Este había sido el último e inestimable presente de Don García para sus partidarios antes de dejar Chile.
> EL PLAN PARA EL PODER
En Lima, Villagra tuvo tiempo y apoyo político para idear un plan con el fin de retomar firmemente las riendas del poder en Chile. Su interés era desconocer los actos de su antecesor, favorecer a sus partidarios, principalmente con repartimiento de encomiendas de indios, y ocupar el territorio de Cuyo que había descubierto una década atrás. Para este último propósito se valió de manera directa de su hombre de confianza y pariente, Juan Jufré.
En la capital del virreinato peruano, Villagra logró un fallo legal de los miembros del recientemente creado Consejo de Hacienda que establecía que por diferentes irregularidades las encomiendas entregadas por Don García eran nulas. Con esta poderosa herramienta, el nuevo gobernador llegó a Chile en julio de 1561, viaje costeado en parte por los fondos que le envió Jufré, dispuesto a desconocer y anular los actos de su rival de un solo golpe. Así, en agosto de 1561 anuló todas las encomiendas entregadas por Hurtado de Mendoza. Entre julio y septiembre de ese año Villagra y su comitiva residieron en la casa de Juan Jufré, en donde se interiorizó de la situación de Cuyo. Allí se enteró de la realización de la expedición de Del Castillo, por lo que al partir hacia la campaña militar al sur de Chile ya sabía cómo accionar.
En primer lugar, en cuanto se pudo pasar la Cordillera de los Andes, Villagra mandó de manera provisoria a Pedro de Mesa a tomar posesión de Cuyo, quien ordenó esperar a la nueva autoridad definitiva que era Juan Jufré, nombrado como Teniente de Gobernador de Cuyo el 27 de septiembre de 1561 en Peteroa. Sin embargo, Jufré no pudo hacerse cargo de su nueva misión porque debió acompañar a Villagra al sur de Chile ayudándolo en su viaje con el aprovisionamiento de su comitiva y tropas.
Este movimiento terminó en la ciudad de La Imperial en el sur de Chile desde donde Jufré regresó a Santiago en diciembre de 1561 para organizar su campaña cuyana aprovechando los meses de verano. Allí debía actuar como Teniente de Gobernador de Villagra quien le indicó mediante instrucciones precisas que debía realizar como su delegado y autoridad directa en Cuyo, región que Jufré nunca había visto. De esta manera, los cambios políticos generados en España, Perú y Chile impactaron en la nueva región conquistada.
> CAMINO A LA FUNDACIÓN
La lectura del título otorgado por Villagra a Jufré el 27 de septiembre ya representa todo un plan de acción. Lo nombra Teniente de Gobernador y Capitán General de la provincia de Cuyo o Cariagasta, que por “otro nombre se llama Tucuma y de Nolongasta y Fátima y de todo lo demás que cayese en los términos de la ciudad que está poblada o poblare en el dicho valle de Cuyo y en lo que al presente de mi mandato vais a poblar en la provincia de Caria o Tucuma, a la cual daréis de término redondo treinta leguas”.
Es decir que Villagra ya le indicaba a Jufré que debía fundar una ciudad en Caria, que es el actual Valle Central del Río San Juan, y la extensión de su jurisdicción. Esta es una afirmación clave porque Jufré no sabía de esta ubicación y Villagra sí. Este conocimiento lo obtuvo de su paso y exploración en su expedición de diez años antes. Villagra sabía que existía un lugar apto para la fundación de una ciudad al norte de la que ya había fundado Pedro del Castillo. Igualmente conocía en forma directa las características dóciles de la población huarpe que ocupaba ese territorio, sus actividades productivas y la presencia de tierras irrigadas aptas para servir de sostenimiento de un asentamiento español.
Los hechos protagonizados por Jufré entre enero y octubre de 1562 dan cuenta del cumplimiento estricto de estas instrucciones: cambio de nombre de la ciudad de Mendoza por La Resurrección; desposesión de encomiendas a los españoles que habían acompañado a Del Castillo, entrega de encomiendas a los partidarios de Villagra que vinieron a Cuyo; descubrimiento y exploración de la región del Conlara; y finalmente, fundación de una ciudad en Caria que llevó por nombre San Juan de la Frontera con una jurisdicción establecida en 30 leguas.
Así puede afirmarse que Jufré fue el fundador de San Juan, pero esta acción no fue producto de una exploración previa ni de una intención personal sino de la orden directa de Villagra. En este sentido Jufré fue quien concretó un propósito anterior pensado, planificado y ordenado por Villagra, lo que nos lleva a repensar y revisar cómo se puede explicar estos tempranos tiempos de la ocupación española en Cuyo. De otra manera sería muy difícil justificar el extenso accionar de Jufré en Cuyo en el breve tiempo (apenas nueve o diez meses) que permaneció en la región.
> Vínculo familiar
Francisco de Villagra (1511-1563) y Juan Jufré eran parientes. Villagra, quien había nacido en la Villa de Santervás a pocos kilómetros de Medina de Rioseco, estaba casado con Doña Cándida de Montesa, hija de Alonso de Cisneros y de Constanza de Montesa, y era por lo tanto prima hermana Cándida de Montesa, madre de Juan Jufré (1516-1578). Cándida Montesa, tía de Jufré, permaneció en España durante la mayor parte del tiempo en que Villagra realizaba sus acciones americanas. Muy tardíamente viajó al Perú para reencontrarse con su esposo, cuando éste fue designado Gobernador de Chile en 1560 y lo acompañó en sus últimos años antes de morir en 1563.