Unas elecciones presidenciales sin precedentes en la historia de EEUU entraron ayer en su último día completo, con Donald Trump, Kamala Harris y sus campañas tratando de llevar a sus partidarios a las urnas en una contienda que cada uno describe como un momento existencial para el país.
Incluso después de los inesperados eventos de los últimos meses, el electorado está dividido por la mitad, tanto a nivel nacional como en los siete estados disputados que se espera que decidan el ganador este martes, aunque lo reñido de la contienda significa que podrían pasar días antes de que surja un vencedor.
Trump, un republicano de 78 años, sobrevivió a dos intentos de asesinato, uno de ellos por milímetros, apenas semanas después de que un jurado de Nueva York -la ciudad cuyos tabloides lo elevaron por primera vez a la fama y notoriedad nacionales- lo convirtiera en el primer expresidente condenado por un delito grave.
Harris, de 60 años, fue catapultada a lo más alto de la candidatura demócrata en julio -lo que podría convertirla en la primera mujer en ocupar el cargo más poderoso del mundo-, después de que Joe Biden, de 81 años, tuviera una actuación desastrosa en un debate y tres semanas más tarde abandonara su candidatura a la reelección bajo la presión del partido y las encuestas.
Pese a toda esta agitación, los contornos de la carrera han cambiado poco. Las encuestas muestran que Harris y Trump van a la par a nivel nacional y en los estados más disputados. Los votantes, tanto demócratas como republicanos, han batido récords centenarios en las dos últimas presidenciales, señal de la pasión que despierta Trump en ambos partidos.
La campaña de Harris apuestan a las mujeres en los estados disputados y que ven un aumento en el voto anticipado entre las partes fundamentales de su coalición, incluidos los votantes jóvenes y los de color.
Trump cree que las preocupaciones sobre la economía y los altos precios, especialmente de los alimentos y el alquiler, le llevarán a la Casa Blanca.
En los EEUU los ciudadanos registrados no votan de forma directa a los candidatos presidenciales, sino que eligen a los electores. El Colegio Electoral cuenta con 538 representantes en total.
Cada jurisdicción tiene una cantidad determinada de acuerdo a su población. Para ganar las elecciones y convertirse en presidente, un candidato debe obtener al menos 270 votos en el Colegio Electoral. Sin embargo, en un contexto de tanta paridad, existe la posibilidad matemática de que Harris y Trump obtengan 269 votos cada uno y queden igualados. En este caso, habrá “elecciones contingente”, que le otorgan el poder de decisión al Congreso para definir: la Cámara de Representantes elegiría al presidente, mientras el Senado al vicepresidente.
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