La Corte de Justicia de San Juan propuso eliminar la feria judicial, los dos periodos en el año en el que los tiempos procesales se suspenden en enero y julio. El objetivo es que el trabajo se anualice y ya que la mayoría de los funcionarios toman sus vacaciones en ese tiempo, adoptar un sistema de licencias similar al Ejecutivo o cualquier empresa privada. En Argentina no hay antecedentes de este cambio, pero sí en Chile. En el país vecino, la Corte Suprema nacional decidió eliminar este periodo, que llaman feriado judicial, en 2014.


Para conocer cómo impactó en el sistema legal transandino, DIARIO DE CUYO habló en exclusiva con Jorge Sáez Martín, secretario de la Corte Suprema de Chile. Se trata de uno de los funcionarios principales del Poder Judicial chileno, donde no hay cortes provinciales, ya que es un sistema unitario. El Secretario de la Corte, junto al Fiscal general, están justo después de los 21 cortistas.
Sáez Martín dijo que, desde que se produjo el cambio, “no hay voces en contra, que pidan que se vuelva atrás” y que las únicas críticas directas que recibieron fueron de abogados litigantes. Esta misma situación se vio en San Juan, donde desde el Foro de Abogados mostraron dudas a cómo se aplicaría el sistema y cómo podrán tener vacaciones. El funcionario chileno contó cómo fueron dando soluciones a estos y otros escenarios.
-¿Cómo empezó este proceso para eliminar el feriado judicial en Chile?
-Hubo una propuesta del Ejecutivo de modificar la ley. Probablemente habían sondeado las opiniones de distintos actores del sistema judicial y entre ellos de la propia Corte, pero no de manera formal. Y en la reflexión que se hacía en el grupo del judicial chileno es que el feriado judicial no tenía justificación en los tiempos actuales. Primero porque estaba circunscrito exclusivamente a las causas civiles, que representan el 60% de las causas. Teníamos experiencia en otros ámbitos donde no existía feriado judicial en materia penal, como el penal, familiar o laboral. Y en materia de Tribunales Civiles siempre se mantuvo un turno extraordinario para casos urgentes. De manera tal que nunca hubo un cierre total. Sobre la base de esos antecedentes hubo una evaluación que da cuenta de que un mejor servicio judicial se presta en la medida en que no sufra esa interrupción, pensando en los usuarios.
-¿Cómo impactó en los funcionarios judiciales?
-El sistema de feriado hacía que al final los funcionarios estaban obligados a tomar su feriado anual, sus vacaciones, en ese periodo determinado cuando pertenecían a estos tribunales adheridos al feriado judicial. Y la verdad es que nosotros podíamos modificar ese funcionamiento con beneficio a los propios funcionarios.
¿Hubo críticas al cambio cuando se presentó?
Hay una tercera dimensión que es la de los abogados, que yo creo que es la más compleja de todas. Porque a los abogados les viene bien el feriado judicial. Porque finalmente determina que en cierto periodo van a tener la tranquilidad de salir de vacaciones. Entiendo que en Argentina la gente sale de vacaciones en enero, para los chilenos, febrero es el mes clave de las vacaciones. Y en ese ámbito finalmente los abogados se adaptaron a esto.
-¿Cómo fue esta adaptación?
– Hay una práctica que se ve muy acentuada en el caso de los tribunales arbitrales, de los jueces privados. En estos juicios hay una costumbre de suspender la tramitación de esos procesos que han dejado en febrero. Es decir, el feriado judicial se mantiene. Pero finalmente es una decisión de las partes ante un juez también privado que, por lo tanto, queda entregada a su libre voluntad sin que se les imponga una solución distinta. De modo tal que si es que la eliminación del feriado le significó algún problema a los abogados que tramitaban el proceso arbitral, eso fue resuelto de esa manera. La ley también contempla la posibilidad de que los abogados acuerden, las partes del proceso acuerden la suspensión de un proceso civil en más de alguna oportunidad en el proceso.
-¿Cómo organizan el trabajo a partir de la eliminación?
-Normalmente los funcionarios funcionan con su dotación normal, cuando los funcionarios salen de vacaciones en este periodo o en otro son reemplazados por otros funcionarios en la medida en que dejamos recursos para hacerlo. Por lo tanto, los tribunales siguen funcionando con su dotación normal y por lo tanto en condiciones de atender los requerimientos de las personas en tanto sean solicitados.
Esto se produce a nivel de tribunales inferiores de los tribunales que normalmente se denominan de primera instancia. Luego tenemos las cortes de apelaciones y luego la Corte Suprema. Las Cortes de Apelaciones y la Corte Suprema disminuían la cantidad de salas en que funcionaban en este periodo antes de la eliminación del feriado y hoy día funcionan normalmente. En el mes de febrero tenemos audiencias en cantidades similares a las de los otros meses.
-¿La eliminación se aplicó en todo el país?
– Nosotros somos un país unitario. Entonces tenemos un código, un poder legislativo, un poder ejecutivo, un poder judicial, de modo tal que no hay reglamentación particular por regiones. Entonces, en el equivalente es como si nosotros fuéramos la provincia de San Juan solamente y por lo tanto, si San Juan decide eliminar el feriado judicial es equivalente a lo que hizo Chile, porque se decidió eliminar el feriado judicial y lo hizo para todo el territorio, de una sola vez.
-¿Cómo acuerdan las vacaciones de funcionarios?
– Lo que hacemos nosotros es lo mismo que hace cualquier empresa que funciona durante todo el año: planificar las vacaciones de los funcionarios. Ahora cuentan con mayor facilidad para tomar vacaciones en el momento en que lo deseen, siempre que sea compatible con el servicio. Eso significa planificar. Si un funcionario quiere salir de vacaciones, avisa con tiempo para cubrir esa plaza con algún reemplazo o suplente. A mi como gestor me conviene que salgan fuera del periodo más crítico que es enero y febrero. Pero se busca que no salgan todos a la vez y en los puestos más críticos se busca reemplazo.
– ¿Cuáles fueron los desafíos que encontraron?
– El principal tuvo que ver con los abogados. Los tribunales continúan haciendo el mismo trabajo que en el resto del año. El gran problema son los recursos y todo se soluciona con organización. Probablemente hay un mayor costo para el Estado porque es un edificio que antes cerraba y ahora continúa un mes más con luces y funcionamiento, pero es un costo que vale la pena pagar porque se mejora el servicio para los usuarios.
– ¿Cómo mejoró el servicio sin el feriado?
– Los tribunales tienen que estar disponibles para la gente y va a seguir siendo un tribunal aunque no haya nadie que lo necesite. No tienen que producir un resultado determinado, el resultado se produce por la disponibilidad. Nosotros medimos el resultado así y hoy en día están disponibles todos los días del año para quien los necesite.
La eliminación del feriado funcionó muy bien. Nunca fue un tema de conversación y nunca escuché una voz que diga ‘esto debería volver a como era antes’. Los usuarios mejoraron la percepción del servicio y los funcionarios hoy tienen la libertad de tomarse las vacaciones en cualquier momento del año, incluso en febrero si es posible. No tengo la percepción de que alguien se siente perdedor en esto, porque incluso los abogados que tienen buena relación con su contraparte pueden llegar a soluciones como las que comentaba.