Los jueces Silvina Rosso de Balanza y Martín Heredia Zaldo (Tribunal de Impugnación) revocaron ayer la absolución por el beneficio de la duda que, también por mayoría, otro tribunal dictó en mayo pasado a favor del sacerdote Walter Bustos. Y lo mandaron al Penal de Chimbas con 10 años de prisión, por dos hechos de abuso por aprovechamiento de la inmadurez sexual de un joven cuando tenía 15 años en 2017, ocurridos en la casa parroquial de Valle Fértil. Además, consideraron probado que lo corrompió sexualmente y que cabía aplicarle el agravante de haber sido ministro de un culto reconocido. El juez Benedicto Correa votó por confirmar la absolución.

El fallo representó un duro golpe a la intención del religioso, que apenas atinó a bajar su cabeza y llorar. Ahora, su defensor, Joaquín Moine, dijo que reclamará ante la Corte de Justicia.

Bustos actualmente está suspendido como sacerdote. Y si se confirma el fallo de ayer el castigo a cumplir será ser mayor, porque deberá unificarse a la pena de 3 años de prisión que le aplicó la Corte de Justicia, por el abuso simple cometido contra otro chico, que también tenía 15 años.

El sacerdote había sido denunciado el 28 de agosto de 2017 por esos hechos, que involucraron a ese menor y a sus dos hermanos mayores. Pero luego un tribunal entendió que no atacó al mayor (lo sobreseyó por ese ilícito) y atenuó los delitos contra los otros hermanos.

Durante el juicio, Fiscalía buscó 9 años de cárcel porque entendió que perpetró abusos gravemente ultrajantes, agravados por su condición de religioso, pero un juez le dio 1 año y 8 meses por abuso simple, solo contra el menor de los hermanos. Tras un reclamo fiscal, la Corte elevó esa pena a 3 años (sin encierro), aplicándole el agravante de haber sido un ministro católico.

Fue durante ese juicio que, el 3 de mayo de 2023, fue denunciado por otro joven de Valle Fértil, que se había acercado a la parroquia en busca de ayuda, porque nunca tuvo un padre, porque había sufrido un abuso sexual, porque en la secundaria sufrió bullyng, entre otros problemas.

En el segundo juicio por ese caso, los jueces Federico Rodríguez y Celia Maldonado, consideraron que debía ser absuelto por el beneficio de la duda. Y solo la jueza Carolina Parra votó por condenar a 12 años al religioso.

Tras un nuevo reclamo del fiscal Mario Panetta (había pedido 14 años de castigo), sostenido por el fiscal de Impugnación, Fabrizio Médici, ahora la mayoría de un tribunal de Impugnación, revocó la absolución, por varias razones. Una de ellas, fue considerar que no se cumplió la exigencia legal de que los dichos de la víctima no fueran valorados, ni como niño (tenía 15 años) ni como persona vulnerable, situación que había sido acreditada con más de una prueba, entre las que incluyeron el testimonio de otros dos curas y el terapeuta que lo había tratado. O los de las psicólogas que dijeron que no fabulaba y presentaba múltiples indicadores de haber sido abusado.

O el de la psicóloga que detectó en la personalidad del sacerdote rasgos narcisistas, egocéntricos, con bajo control de los impulsos.

Es más, uno de los jueces votantes, Heredia Zaldo, hasta describió la conducta del religioso como un verdadero ‘maleficio’ en perjuicio del menor víctima.