Es el más joven del lugar y único en su especie, pero ni bien llegó lo incorporaron como un soldado más. Aunque sin uniforme. Es Dereck, el primer perro rescatista que presta servicio en el RIM 22 y que ya se ganó el cariño de todos. Hace un mes que junto a su guía, el cabo primero Matías Vargas, obtuvieron la acreditación nacional que los habilita a intervenir en casos de búsqueda y rescate de personas atrapadas en estructuras colapsadas.

Ni los soldados ni los altos mandos del RIM 22 pueden dejar de hacerle una caricia a Dereck cuando pasan a su lado. Es que su llegada y estadía en el cuartel revolucionó a todos, no sólo por el servicio que presta, sino por la rigurosidad con la que entrena cada día.

Sin descanso. Dereck entrena a diario con el cabo primero Matías Vargas, para estar en forma.

La rutina de este ejemplar ovejero malinois, de 7 años, arranca a la mañana bien temprano con un recorrido por todo el predio del cuartel, y con tres objetivos principales: mantenerse en forma, no sobrepasar su peso ideal (entre 30 y 35 kilos) y socializar, tres condiciones indispensables para el desarrollo de su tarea. ‘Durante una búsqueda, el animal realiza muchos ejercicios y esfuerzo físico por lo que es muy importante que esté bien entrenado y sin sobrepeso para que no se agote demasiado y rápido, sobre todo cuando la búsqueda lleva mucho tiempo. Por eso Dereck se alimenta sólo dos veces al día, con 350 gramos de alimento por la mañana y la misma ración por la tarde. También es bueno que socialice y mantenga contacto directo con las personas’, dijo el cabo primero.

Acción. Una vez que encuentra a la víctima, Dereck ladra 2 minutos sin parar para dar aviso.

Un año y medio duró el entrenamiento del binomio Vargas-Dereck, tiempo en el que el can logró especializarse en búsqueda y rescate de personas en zonas colapsadas, tras una capacitación basada en obediencia y ejercicios particulares para agudizar sus sentidos y, así, cumplir con la misión de salvar vidas. ‘Dereck está capacitado para la búsquedas de personas vivas o sin vida, que no lleven más de 48 horas muertas, tiempo en el que el cuerpo ya comienza a descomponerse y él no puede captar las sustancias que emanan en esa circunstancias. El perro tiene alrededor de 250 millones de células olfativas, cosa que le permite detectar el olor de una persona viva con mucha más facilidad que un humano, sobre todo las partículas que emana la víctima en estado de miedo, nerviosismo y angustia’, explico Vargas.

El entrenamiento diario de Dereck también incluye ejercicios de obediencia y de búsqueda para repasar todo lo aprendido durante la capacitación. A este se suma el vestir, en algunas ocasiones, el equipo completo de protección debe usar durante su trabajo. Es que aún le cuesta un poco acostumbrarse a usar las botas de gomas en sus cuatro patas. ‘El equipo de trabajo de Dereck incluye un chaleco protector, botas para proteger sus patas de los vidrios, hierros o alambres que pueden haber en una estructura colapsada; y gafas para proteger su ojos de humo o gases. Debemos cuidar de que no se lastime porque se rompería el binomio y fracasaría la misión’, sostuvo Vargas.

> Procedencia

La llegada desde Buenos Aires del binomio Vargas-Dereck se dio tras la puesta en marcha de la Brigada Usar (Búsqueda y Rescate Urbano) en el RIM 22. Ambos fueron trasladados desde esa provincia para prestar servicio en San Juan.