La abogada Paola Miers y su defendido, el músico Luis Darío Endrizzi, redoblaron su apuesta contra el fiscal coordinador de la UFI de Delitos Especiales, Iván Grassi. Ya en el juicio contra Endrizzi por el crimen de su vecino Carlos Crespillo (79), la letrada le pidió la renuncia, lo trató de ‘mentiroso y manipulador’, y solicitó al tribunal que aplicara ‘máximas sanciones por las numerosas irregularidades’ de la investigación. Pero luego de los jueces dieran a conocer porqué liberaron por el beneficio de la duda a Endrizzi (también dejaron en claro que no detectaron una actuación irregular de Fiscalía), el músico y su abogada denunciaron penalmente al fiscal.
Entre las más graves ‘anomalías’ a las que lo creen ligado, sobresalen dos: haber realizado un ‘allanamiento sin la orden de un juez’ en la escuela de Chimbas donde trabajan dos maestras jardineras que favorecieron en el debate a Endrizzi, para recabar datos sobre ellas. Y haber mantenido alrededor de 6 horas privado ilegítimamente de su libertad al músico el pasado 30 de setiembre, luego de que fuera absuelto.
En el juicio realizado por los jueces Matías Parrón, Celia Maldonado y Eugenio Barbera, las docentes dijeron que habían ido a la casa de Endrizzi a eso de las 16,30 del 7 de diciembre pasado a ensayar unos temas musicales, y que en eso llegó un anciano (luego lo reconocieron como Crespillo), para entregarle al músico una tarjeta SUBE, una bolsa con un par de zapatillas y haber visto caer un papel de esa bolsa (habría sido un certificado de plazo fijo).
Ese relato, hacía tambalear seriamente la acusación, ya que para Fiscalía, estaba probado que ese 7 de diciembre y justo a esa hora, Endrizzi se metió por la fuerza a la casa de su vecino, lo golpeó (tenía costillas quebradas), lo estranguló con un cinto hasta matarlo. Y todo para robarle dinero (una semana antes Crespillo había sacado de un banco $365.000).
Al otro día de esas declaraciones, personas que decían pertenecer a Delitos Especiales, exigieron copias de los legajos de ambas docentes, especialmente de su horario de salida aquel 7 de diciembre pasado.
Para el tribunal, el crimen ocurrió probablemente durante la noche del viernes 8 de diciembre, porque esa y no otra conclusión se desprende del informe del médico que realizó la autopsia. Y también de 6 testigos que lo vieron vivo el 7 de diciembre por la tarde y otro más a la mañana del día siguiente.
El otro episodio en el que señalan a Grassi, es el hecho de que, luego de ser absuelto y liberado, Endrizzi fuera otra vez esposado y pasara 6 horas más en la cárcel antes de ser liberado, cuando la decisión judicial había sido ‘declarar su inmediata libertad’. ‘Eso fue privación ilegítima de la libertad’, dijo Miers.
Haberla amenazado junto a un juez con sancionarla y a los testigos para que declararan que el crimen ocurrió el 7 de diciembre. Haber mentido diciendo en el debate que peritó y dio negativo un cotejo de ADN con 7 prendas, cuando eso no fue así. Decir que no tenía un perfil genético de la víctima, siendo que sí lo tenía. Haber peritado solo el teléfono de Endrizzi y no otros 4 secuestrados, son parte de las restantes ‘irregularidades’ que le atribuyen al fiscal.
‘Lo que ocurrió es gravísimo, esto no puede quedar así’, dijo la letrada.