Esa noche, Juan Francisco Chica tuvo el percance de quedarse a pie por una rueda pinchada de su bicicleta. Pero no estaba solo, porque un compañero de trabajo en una carnicería se ofreció a cargarlo con rodado y todo hasta su casa. Lo que ninguno de los dos pudo prever, fue que cuando enfilaban por Las Heras hacia el Norte, cerca del Parque de Mayo, un policía de la División Tránsito esa noche afectado al ‘Operativo Parque’, los interceptaría en inmediaciones de la sucursal del Banco San Juan (al Norte de 25 de Mayo) y les pediría plata porque Cornejo no llevaba casco. Un total de $15.000 fue la exigencia a cambio de no radiarles la moto. Entonces Chica le dijo que no tenía esa suma en efectivo, pero sí en su cuenta virtual de ‘Naranja X’ y desde allí transfirió ese monto a la cuenta de Mercado Pago que le aportó el policía: la de su expareja.

Todo pasó entre las 23 y las 23, 21 del pasado 8 de abril y la cuestión no quedó en secreto como tal vez pudo imaginar ese uniformado a bordo de una BMW. Al otro día, el padre de Chica le comentó de esa situación a un policía en Ignacio de la Roza y Tucumán. Ese efectivo le recomendó denunciar y elaboró un informe con el comentario de ese hombre y las capturas de pantalla que le aportó sobre la transferencia monetaria.

Y el caso comenzó a ser investigado en la UFI de Delitos Especiales, bajo la dirección del fiscal coordinador Francisco Micheltorena y el ayudante fiscal, Francisco Nicolía. La recolección de evidencias fue tan contundente, que el último martes al mediodía, ese policía, el agente Alesandro Javier Cornejo (28 años) fue detenido en su casa de Santa Lucía.

Los testimonios, los registros de cámaras de seguridad del CISEM y del banco San Juan, la localización satelital de su patrulla y las constancias de la transferencia, fueron pruebas difíciles de derribar para el agente y su defensora, Fabiana Salinas.

Al punto de que ayer, decidieron evitar un juicio común y acordar uno abreviado con Fiscalía, en el que el policía admitió su autoría en el delito de cohecho (más conocido como coima) y se mostró dispuesto a recibir la pena que, finalmente, le impuso la jueza Mabel Moya: 1 año de prisión sin encierro más la inhabilitación absoluta perpetua para ejercer cargos públicos.

Cornejo había ingresado en agosto de 2019 a la Policía, pero ahora dejará pertenecer a la fuerza y, además, por el resto de su vida no podrá conseguir ningún empleo estatal.