Durante la jornada de ayer, representantes de sponsors y autoridades del Museo Franklin Rawson visitaron la actual edición de la Feria ArteBa de la Ciudad de Buenos Aires y luego de un proceso de selección, concretaron la adquisición de tres nuevas obras artísticas (una pintura y dos esculturas) con el fin de ampliar la colección del museo provincial. Se trata de ‘Fade’ de Max Gómez Canle (Galería W), un relieve tallado en madera de Federico Cantini (Galería Pasto) y ‘La magia del amor’ de Lulo Demarco (Galería Jamaica), dichas piezas corresponden a autores del arte contemporáneo con proyección nacional e internacional.
Para la compra, el MPBA fue beneficiado por un programa especial que consiste en una co-financiación de la Fundación ArteBa y de la empresa Caleras San Juan, como sponsor privado. Gracias a esta operación y el asesoramiento de Roberto Amigo, de Santiago Villanueva y Viviana Fernández, el Museo sumará tales piezas con el fin de acrecentar su acervo patrimonial.
Desde Buenos Aires, Emanuel Díaz Ruiz, director del Franklin Rawson, habló con DIARIO DE CUYO sobre el criterio de selección de tales adquisiciones: ‘A diferencia de otros años, es la primera vez que se incorpora un autor uruguayo, en este caso la obra de Demarco y también la primera vez que se compra obra de corte escultórico. La obra de este artista uruguayo, es un tronco natural donde están tallados los nombres, iconografías o simbologías de referentes en la historia del arte, con un relato encriptado en cada parte de la madera (en su interior figuran nombres de artistas gay con líneas que conectan las personas que tuvieron sexo entre sí, según la reseña). En cuanto a Canle, es una pintura de mediano formato, con un paisajismo disruptivo, una geografía imaginaria, formas abstractas y geométricas. Mientras que el relieve de Cantini, tiene un corte intimista, con connotaciones de una escena retratada en personajes a la intemperie’, explicó el director.
Las obras están valuadas entre mil y siete mil dólares en el mercado, según señaló Díaz Ruiz, sin embargo, al tratarse de un museo, tuvo un trato especial y pagó por cada obra un precio diferencial. Esto también pudo ser facilitado por la tradición que mantiene la institución que desde 2009 participa de manera ininterrumpida en la feria, en temporadas consecutivas. ‘El Museo busca ampliar su espectro y adoptar más obras de arte contemporáneo argentino. Se evalúa en función del mismo criterio, que cada obra que se sume, interpele al resto de las obras de la colección’, comentó el funcionario.