La imagen tierna de una mamá dando de mamar a su bebito, mientras se miran con el mayor amor del mundo, no siempre puede lograrse pese a que la mayoría de las mujeres que pasa por esta etapa de la vida es lo que más quiere. La realidad no siempre es color de rosa ni está preparada para que lo sea. No siempre hay musiquita suave de fondo y ni es la película que se soñó en el embarazo. Al contrario, hay otros factores que influyen y hasta conspiran para poder cumplir con este objetivo. Ejemplos sobran: hermanitos de ese bebé con otras necesidades y demandas, rutinas que no pueden dejarse de lado, otras veces el pesar de estar en soledad y la necesidades insatisfechas ante la falta de personas que den apoyo y contención para esa mamá. Sin embargo, la doctora Claudia Duano Salinas, médica generalista y familiar especializada en Lactancia, Crianza y Embarazo y miembro del comité de lactancia materna de la Sociedad de Pediatría, está convencida que toda mamá puede cumplir con ese objetivo. Solo hace falta ‘tetas, ganas, paciencia y una red de contención y ayuda”, asegura.

Su afirmación -válida aún en las circunstancias más complejas y adversas- es casi una bandera y sin lugar a dudas, un gran aliciente, por estos días, ya que del 1 al 7 de agosto el mundo entero conmemora la Semana de la Lactancia Materna, un alto en el calendario oficial impulsado desde 1992 por la Organización Mundial de la Salud para reforzar las acciones de concientización sobre el derecho a la lactancia. Este año el lema es ‘Cerrando la brecha: apoyo a la lactancia materna en todas las situaciones”.

‘Hay universos diferentes cuando hablamos de dar de mamar. Hay una realidad y es que para muchas familias no existe la posibilidad de comprar la leche. Hay que calcular que un bebé, chiquito, que está tomando solo fórmula, va a necesitar entre 3 y 4 latas por mes, lo que representa un gasto entre 80.000 a 90000 pesos. En cambio la leche materna se produce naturalmente. Por supuesto que puede lastimarse la mama, que es una odisea a veces lograr que el bebé se prenda, que al dolor de la teta, el agrietamiento de los pezones se suman otros dolores como el de la episiotomía o la angustia del momento. Pero con ayuda se puede superar”, dice esta especialista.

Hay otros casos que en los que la pareja no siempre acompaña o está ausente directamente. ‘Una mujer sola y que tiene que trabajar, es casi imposible que cumpla con la rutina de dar de mamar si no tiene gran voluntad y una red de apoyo. No es fácilmente sostenible combinar un hogar, un trabajo y un bebé con lactancia materna exclusiva porque cuando se amamanta un bebé de 3 meses se calcula que hay que disponer más del 70% de tu tiempo para hacerlo. El resto del tiempo es para todo otra tarea: trabajar, bañarse, comer, cocinar, lavar ropa. Pero difícil es también para la mamá que no trabaja fuera de la casa y está sola las 24 horas con su bebé. En ese caso la lactancia va a instalarse porque tiene presencia física para amamantar. Pero ella necesita redes para sostenerlo porque es imposible maternar en soledad. La presencia de un amigo o la presencia de un hermano, de la mamá, o amigas, de vecinos, compañeros de trabajo, para aquellas mujeres que han decidido ser mamás solas, es fundamental. Hay que ponerse un minuto en el zapato del otro. Nadie tiene por qué criar solo. A su vez, cuesta pedir ayuda. Pero si uno es consciente que criar un bebé implica una puesta de cuerpo, de tiempo, de emoción tan alta que hace falta compañía sí o sí. Esto no implica a una pareja, sencillamente pasa por tener alguien cerca con cariño y empatía que pueda facilitar algunas tareas”, detalla.

Tetas, ganas y voluntad

Según la médica, ‘se calcula que aproximadamente 1 de cada 1000 mujeres va a tener algún problema médico, de salud, anatómico, hormonal que le va a impedir a amamantar. A eso se suma aquellas mamás que están siendo mal asesoradas por el personal de salud que debería indicarles y explicarles algunos detalles, por los familiares -especialmente abuelas y suegras- que opinan, no para perjudicar sino para buscar soluciones aunque muchas veces sus consejos no son siempre los mejores y lo que es peor aún aquellas chicas que son coaptadas por la facilidad enorme que hay con la leche de fórmula”. La profesional ha comprobado, no sólo con sus pacientes, sino además por antecedentes que ha estudiado, que la mayoría de los inconvenientes médicos o dificultades físicas pueden revertirse con lo que ella llama un acompañamiento idóneo de puericultoras o especialistas en el tema que brinden herramientas sencillas y evalúen cada dupla mamá-bebé y su interacción. El resto, con mucha voluntad y perseverancia.

‘Yo siempre les digo a las mamás que para dar de mamar hace falta tener ganas y tetas. No hace falta tener otras condiciones. La conjunción de ambos requisitos, es lo que funciona porque la teta está permanentemente respondiendo a los estímulos que nosotros le damos. Una teta muy chupada, una teta que siempre esta blandita porque está vacía es una teta que está mandándole señales al cerebro de esa mujer de que está vacía y que necesita estimularse para producir más leche porque ese bebé se toma todo. En cambio, seguramente la teta que está llena, que no se vacía, que recibe consejos como descansá un ratito hasta que se llenen las tetas y a cambio le damos una lechita ahora para que después tengas más cantidad, provocando intervalos que se hacen que nuestro cerebro los interprete cómo este niño no comió -porque no puede captar que tomó fórmula- entonces tengo que hacer menos leche”, explicita y da como ejemplos casos de mamás que estando en pareja con personas de su mismo sexo o madres adoptivas pudieron dar de mamar con un tratamiento hormonal -se puede ayudar a la producción de prolactina, la hormona que produce la leche, con la ingesta de un medicamento básico, recetado usualmente para el dolor de panza pero que tiene como efecto secundario la elevación de esta sustancia- y estimulación.

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La médica aconseja además no ponerse ansiosa si al principio el incremento de peso no es el óptimo. ‘Los bebés bajan de peso al comienzo hasta un 7-8 e inclusive un 10% como máximo de su peso, en los primeros 5 o 6 días. Después se estabiliza, ya no adelgazan más y más o menos a partir del décimo día deberían empezar con un incremento mínimo de peso de 20 gramos por día. Eso es absolutamente normal”.

‘La leche materna es tan pero tan maravillosa que al ser un tejido vivo, permanentemente va modificándose de acuerdo a los requerimientos del bebé. Es habitual que el bebito haga varias succiones y luego se quede prendido fuerte a la teta, como descansando, respirando. Ahora se sabe que en ese preciso momento hay un pasaje retrógrado de saliva, de la boca del bebé que vuelve como si regurgitara saliva hacia la teta de la mamá para que los sensores que tienen la mama registren el estadio inmunológico y nutricional de ese bebé. Tras ese proceso, la leche puede cambiar y eso responde a lo que tantas veces nos hemos preguntado acerca de cómo hace el cuerpo de la mamá para saber que tiene un niño enfermo, darle inmunidad. La leche cambia su composición, como si volviera a calostrarse y genera más anticuerpos que grasas, en un feedback permanente entre la mamá y el bebé que hace que la leche sea específica para ese niño. Inclusive se ha corroborado en experiencias con mellizos, en las que nunca se ha permitido intercambiar la teta de cada uno. Los resultados es que cada teta hace leche diferente, según las necesidades de cada pequeño. Por eso no se habla más de leche maternizada porque es imposible maternizar una leche que no pasa por la mamá y que tenga esas características o pueda adaptarse al bebé. A las leches de fórmula se les llama leches modificadas, que es lo que son”, indica.

Un aporte siningual

Aporta todo, así define la médica a las ventajas de la leche materna como alimento exclusivo para un chiquito.

‘Esta simbiosis tan perfecta que hay de la lectura de las necesidades del bebé hace que los micronutrientes que aporta la leche, sean específicos para el bebé y para el momento evolutivo en el que está. La leche materna tiene todos los nutrientes: el hierro y calcio, el cinc, el fósforo, pero además son elementos son biológicos. Esto significa que no es igual al calcio que se toma la mamá para estar fortalecida y que después eso pasa a la teta. Sino que el proceso le saca el calcio biológico a la mamá y así fabrica la leche, después la mamá reconstituye sus depósitos y se vuelve a acomodar con lo que come. Entonces al ser micronutrientes biológicos, tienen una biodisponibilidad -que es una capacidad de ser absorbidos y utilizados por el bebé- altísima. Es como todos los días se le hiciera más un análisis de sangre para evaluar lo que le hace falta o lo que tiene en exceso y de acuerdo a eso, la teta fabrica la leche de manera específica. Esto es absoluto y totalmente perfecto durante los primeros 6 meses que el tiempo que nosotros quisiéramos que el bebé se alimente sólo con teta. Después de esa etapa, cuando empieza a comer, y tiene una dieta totalmente variada, ahí este ajuste tan específico en nutrientes se pierde un poco. De todos modos sigue presente el aporte inmunológico, selectivo y exclusivo para ese bebé”, explica y agrega que a eso hay que sumar lo vincular y la generación de autoestima en el pequeño que se autopercibe a sí mismo a través del cuerpo materno. ‘La estructuración psicológica del yo, el super yo, etc, el bebé la lleva a cabo los primeros 2 o 3 años de vida, a través del cuerpo materno. Entonces esta presencia permanente, sistemática, consistente y absolutamente incondicional del cuerpo de la mamá, lo que hace es estructurar una personalidad mucho más fuerte, estable, resistente y resiliente”.

Solo teta
La lactancia materna está recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF como la alimentación exclusiva hasta los 6 meses y complementaria hasta los 2 años o más porque es fundamental para el desarrollo y la protección de los bebés. Este vínculo no solo nutre físicamente al bebé, sino que también fortalece el lazo emocional entre madre e hijo, proporcionando seguridad y confianza para explorar el mundo.

Según las estadísticas oficiales a los dos meses, sólo el 58 por ciento recibe lactancia exclusiva y a los seis meses, el 42 por ciento. Mientras que la Encuesta Nacional de Lactancia (ENALAC) realizada en efectores públicos en 2022, en la Argentina la reciben el 53,2% de los bebés.

Una semana para ponerse en acción

En muchos centros de salud como el Ramón Carrillo de Chimbas- donde trabaja la doctora Duano se harán charlas sobre la importancia de la lactancia espontáneas en las salas de espera, en distintos horarios, durante esta semana.

Otro espacio en el que ella es una de sus propietarias, el centro integral para la maternidad, Nacer, (que está ubicado en Mendoza 954 sur, teléfono 264-4562723 y en redes sociales como @nacersanjuan), Duano y su equipo (que está integrado por una nutricionista, una puericultora y una doula o acompañante terapéutica) ha generado una serie de actividades alusivas. Este miércoles 7 de agosto, a las 19:30 horas, van a dar una charla gratuita sobre el desafío de la lactancia para quienes trabajan, de la que se puede participar de manera presencial o virtual. Es gratuita y sólo hace falta inscribirse. Además de compartir experiencias, consejos y conocimientos el encuentro será muy sabroso porque habrá un pequeño ágape con alimentos saludables de Mazla Green y habrá sorteo de elementos fundamentales para bebés donados por El Rinconcito Pañalera. A su vez, juntarán donaciones para Casa Cuna.

Cómo sacarse leche, cómo guardarla, cómo descongelarla, las diferentes técnicas para dar esa leche y que hay que tener en cuenta al momento de alimentar a un el bebé recién nacido serán algunos de los temas a tratar.

A su vez, la dirección Materno Infancia y el Departamento de Medicina Sanitaria, del Ministerio de Salud de San Juan, iniciaron este semana inaugurando el Espacio Amigo de la Lactancia en el anexo de la Legislatura, en calle Laprida y ayer hubo acciones de promoción en la Feria Agroproductiva en el Parque de Mayo. El 7 de agosto cortarán las cintas de otro espacio amigo de la Lactancia, esta vez en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Católica de Cuyo.

Si alguien vio por estos días edificios públicos iluminados de amarillo, es parte de esta iniciativa oficial.