Bajó la cabeza al verse enfocado por las cámaras y más de una vez el juez, Sergio López Martí, tuvo que pedirle que levantara la voz, cuando le hacía las preguntas de rigor. Dio su nombre, su número de DNI, su domicilio. También dijo que no tiene estudios primarios ni secundarios y admitió registrar condenas por el delito de hurto; seis en total según su planilla prontuarial. Y aunque Fernando David Galván (alias ‘Vieco’, 23 años) aseguró que trabaja en la construcción, numerosos testigos y más de una evidencia lo ponen en la mira como supuesto vendedor de drogas en la Villa Obrera, en Chimbas. Justamente esa actividad, es para el fiscal Francisco Pizarro y la ayudante fiscal, Gema Guerrero (UFI de Delitos Especiales) la posible causa de que, el último lunes alrededor de las 23, usara un arma calibre 22 (sería una pistola) y descerrajara al menos 4 disparos contra uno de sus presuntos compradores de cocaína: Alan Saúl Rodríguez (29 años, alias ‘Chupa’, tenía dos ‘ravioles’ entre su ropa). Varios de los cinco testigos principales que recolectó Fiscalía, ponen al ‘Chupa’ y al ‘Vieco’ en una discusión en el ingreso a una habitación de un inmueble en el 6349 Oeste de la calle El Paisano, en la Villa Obrera, en la que Galván le reclamaba ‘la entrega de algo’ a Rodríguez, hasta que las cosas se salieron de control y empezó a los tiros, justo cuando Rodríguez se agachaba para alzar una piedra de un zanjeo en esa propiedad.
Fue lo último que hizo, porque uno de esas balas se le coló por la zona de la axila izquierda. Y aunque alcanzó a correr unos 50 metros, se desplomó para siempre en el cruce de El Baqueano y El Paisano. Galván huyó en bicicleta en sentido opuesto, pero dos días después se entregó con su abogado, Nicolás Gómez Camozzi, que ayer buscó, sin éxito, la prisión preventiva domiciliaria de su cliente.
Cuando lo revisaron, al fallecido le encontraron entres sus ropas dos envoltorios con cocaína.
El juez adhirió al pedido de Fiscalía y le dictó 1 año de prisión preventiva. Y concedió igual plazo para investigar el delito que le atribuyeron a Galván: homicidio simple, agravado en su pena porque el autor utilizó un arma de fuego, situación que eleva en un tercio, en el mínimo y el máximo, la escala penal. Así, el presunto homicida enfrentará un posible castigo de entre 10 años y 8 meses y un máximo de 33 años y 4 meses.
La noche del crimen, Rodolfo Gastón Alaniz quedó detenido, porque estaba en la habitación (¿quiosco de drogas?) donde ocurrió la discusión y donde hallaron un envoltorio tubular con ‘cocaína muy estirada’ con otra sustancia, estimaron. Este joven, primo de Galván, fue señalado como quien alquilaba esa habitación a un tío suyo, pero el último jueves recuperó su libertad. Por ahora, Fiscalía no parece haber hallado pruebas de su vinculación directa con el homicidio, pero no se descarta que puedan imputarle algún delito.