‘Tres cosas tengo para decir, jamás la toqué, ella de afuera llegó así (herida) y no consumo drogas’. En el banquillo de los acusados y con algunas lágrimas en su rostro, el albañil de 40 años, buscó ayer alejarse de la grave sospecha del fiscal Miguel Gay y la ayudante fiscal Gabriela Barrientos (UFI CAVIG): tentativa de homicidio agravado por el vínculo y por violencia de género, delito que creen probado por el grado de violencia desplegado alrededor de las 20,30 del pasado 3 de julio en la casa donde la pareja y sus cuatro hijos habitaban, en Pocito. Según Fiscalía, ese día la mujer y el imputado (no identificado para preservar a sus hijos), discutieron desde la siesta, porque ella le reprochaba no aportar nada para el mantenimiento de la familia. En medio de los insultos, él la atacó a trompadas y ella con su sobrina le dijeron que se vaya o llamarían a la Policía. Y partió, pero enseguida volvió con un revólver y consiguió abrir una puerta lateral de la vivienda, desde la que disparó y le perforó el glúteo derecho (ella aún tiene la bala), para luego seguirla hasta el dormitorio del menor de sus hijos, de 2 años, donde siguió golpeándola y lastimándola con la culata del arma.

Según el fiscal, los llantos del niño, la resistencia de ella, el error en el disparo porque era de noche y la intervención de la sobrina que llamó al 911, evitaron lo peor.

‘Hoy no estamos lamentando la pérdida de una vida por el azar y un error de cálculo del imputado’, remarcó el fiscal, al momento de pedir un año de plazo para investigar y el mismo tiempo de prisión preventiva para el imputado, que ya registra una condena de 4 meses de prisión condicional del año 2023, por tentativa de robo simple.

Para Fiscalía, la mujer es vulnerable y es víctima de un círculo de violencia, porque varias veces se peleó y se reconcilió con su marido. Y remarcó el pronóstico de una psicóloga, sobre la posibilidad de que esa situación escale a otros niveles y termine en una tragedia.

El juez Gerardo Fernández Caussi, adhirió al pedido de Fiscalía y dejó con prisión preventiva por un año al acusado. Entre sus fundamentos, se destacó el hecho de que el imputado estuvo prófugo y recién pudo ser capturado en la madrugada del 5 de agosto pasado, en la casa de su esposa.

El defensor, Fernando Bonomo, se opuso al plazo de investigación (propuso 6 meses) y a que su cliente quede detenido. ‘Fiscalía no puede dar por acreditadas situaciones que no han sido probadas’, dijo el letrado, luego de pedir a Fiscalía que aclarara dos puntos: la declaración de la víctima, que en su denuncia asegura que su marido le dijo que no quería matarla (‘seguro te dejé inválida, pero ya está, me la mandé’, declaró la mujer) y el hecho de que la propia denunciante pidiera que le levantaran la custodia policial de su casa para poder hacer varias tareas, dispositivo que se reemplazó por las rondas de un patrullero.