Una salida de distensión por unos días hacia Santiago de Chile, terminó con momentos de pesadilla para dos empresarios sanjuaninos del rubro farmacéutico y de la construcción: según fuentes oficiales y de la Justicia Federal local, estuvieron unas 12 horas en manos de un grupo de secuestradores, entre los que había por lo menos una mujer. Lo llamativo para los pesquisas locales, es que después de un reclamo inicial de unos 3 millones, los delincuentes bajaron sus pretensiones y los liberaron luego de que, desde San Juan, les hicieran dos transferencias por 150.000 pesos argentinos, cada una.

El escaso monto solicitado, el tono de voz y otras pistas sobre el modo de actuar de los secuestradores, es lo que llevaba a sospechar a los pesquisas chilenos, de que esa banda pueda ser foránea. Desde hace un tiempo, los investigadores trasandinos tienen en la mira a un grupo de delincuentes venezolanos a los que se les atribuyen secuestros tipo exprés, en los que no solicitan grandes sumas, indicaron voceros locales que tuvieron contactos con investigadores chilenos.

Fue un grupo de 6 amigos que partieron en dos camionetas hacia Santiago de Chile el último domingo. El martes a la noche, dos de ellos salieron a cenar en uno de los vehículos. Alrededor de las 4 de la mañana del martes, se perdió todo contacto con ambos y entonces sus familiares sanjuaninos empezaron a recibir llamados exigiéndoles dinero, indicaron.

Ayer, voceros del caso indicaron que las propias víctimas y sus parientes pidieron no divulgar sus identidades y tampoco precisaron cómo ocurrieron los hechos. Por eso del secuestro solo se tenían versiones; la más fuerte indicaba que los empresarios habían sido sorprendidos en un semáforo, que sus rostros fueron cubiertos con alguna prenda, que los delincuentes usaron armas y que entre ellos escucharon la voz de al menos una mujer.

Luego de que sus parientes realizaran dos transferencias bancarias, las víctimas fueron liberadas alrededor de las 16 del martes. Las gestiones del consulado argentino en Chile fueron claves para que pudieran volver a la provincia, pues además de sus teléfonos, les robaron unos 1.000 dólares y sus documentos personales.

El reclamo local de los familiares, había derivado en la intervención del fiscal federal, Francisco Maldonado, del secretario de Seguridad, Gustavo Sánchez, y de policías federales. Luego de tomar la denuncia, hubo contacto también con un Carabineros y una Fiscalía de Chile, a la que se le remitieron los datos recabados en San Juan.

Ahora, los pesquisas chilenos intentan dar con los secuestradores.