Vuelven los días convulsos para el sacerdote Walter Bustos. El último sábado le incautaron su teléfono para confirmar, o no, si hizo algo que no debía: enviar un mensaje y numerosos llamados (ninguno contestado) al celular de la novia de un joven al que -según la Corte de Justicia- abusó sexualmente cuando tenía 15 años. Por ese hecho, el máximo tribunal de justicia local confirmó la condena que le impusieron el 30 de mayo del año pasado; luego del reclamo de la fiscal Marcela Torres, se la elevó a 3 años (le habían dado 1 año y 8 meses), aplicándole el agravante de ser ministro de un culto religioso. Según fuentes judiciales, en ese fallo, además, se le había ordenado ‘no acercarse ni contactar ni causar actos turbatorios’, por ninguna vía, a la víctima y a su entorno íntimo, pero eso ahora está en duda y bajo sospecha.

Según los voceros, el jueves a la noche, alguien se contactó con la joven a través de un mensaje de WhatsApp con una foto religiosa de perfil, en el que se presentó como el padre Walter, le pidió hablar personalmente en el lugar que prefiriera, prometiéndole no extenderse ‘más de 30 minutos’. Cuando la joven recibió el mensaje ‘se asustó y lo bloqueó’, pero a continuación recibió ‘un montón de llamadas’ del mismo teléfono, que no contestó.

El viernes al mediodía hubo una denuncia en la UFI CAVIG y el fiscal coordinador, Roberto Ginsberg, solicitó el secuestro del teléfono del sacerdote a la jueza Mónica Lucero. Según las fuentes, el sábado en la tarde, el sacerdote estaba con otro religioso cuando fue sorprendido por los policiales, a los que, en principio, habría negado tener teléfono. Y con los que se molestó cuando se lo quitaron. Informalmente, se habla de que los contactos a la joven partieron desde su teléfono.

Si es así, el cura podría recibir una nueva imputación: desobediencia a una orden judicial. Y la ejecución condicional de su castigo, podría ser revocada y volver a prisión, especularon.

Por estos días, la defensora Sandra Leveque analiza llegar al máximo tribunal de justicia del país para revertir el fallo contra el cura. Y el fiscal Mario Panetta haría lo propio ante un Tribunal de Impugnación local, para reclamar por la absolución a favor del religioso, en otro caso de presunto abuso contra un joven de 15 años de Valle Fértil, alguien considerado inmaduro por la ley, a pesar de haber dicho que esos contactos sexuales fueron consentidos.