Frente a la ebullición interna y la presión internacional, el dictador Nicolás Maduro, autoproclamado vencedor de las elecciones presidenciales del domingo, afirmó ayer que su gobierno “está listo par mostrar el 100 por ciento de las actas electorales” que la mayoría de los países le reclama para legitimar su triunfo y descartar el fraude. Pero han pasado más de tres días desde los comicios y cualquier publicación a partir de ahora estará, inexorablemente, bajo sospecha. Por eso, el Gobierno de EEUU que comanda Joe Biden advirtió ayer a Maduro que se agota “su paciencia” de esperar las actas de votación de Venezuela.
La pronunciación de la Casa Blanca llegó despúes de lapidario informe del Centro Carter, que junto a una pequeña delegación de las Naciones Unidas fueron los únicos dos observadores internacionales autorizados por Maduro para asistir a los comicios de Venezuela.
En un comunicado, el Centro Carter, con sede en Atlanta, señaló que la elección “no cumplió con los estándares internacionales de integridad electoral y no puede considerarse democrática”. El grupo desplegó 17 expertos y observadores en Venezuela con equipos establecidos en cuatro ciudades.
“El Centro Carter no puede verificar ni corroborar los resultados de las elecciones declaradas por el Consejo Nacional Electoral”, expresó la organización. “El hecho de que la autoridad electoral no anuncie resultados desglosados por mesa electoral constituye una grave violación de los principios electorales”, aseguró.
La pronunciación del Centro Carter es un duro golpe para Maduro y obliga al gobierno de Biden a considerar sanciones unilaterales contra el régimen chavista que gobierna desde hace 25 años a Venezuela. Pese a su verborragia, Maduro no dijo cuándo mostrará las actas pero sí reclamó que los líderes de la oposición, Corina Machado y Edmundo Gonzalez “estén tras las rejas”.
> La OEA no repudiará
La abstención de Brasil y Colombia, sumada a la ausencia de México, entre otros, frustraron la votación de una medida de reclamo al gobierno de Nicolás Maduro, en medio de las acusaciones de fraude en los comicios presidenciales del domingo. Finalmente no habrá castigo regional al régimen.