Mozarteum tiene mañana una nueva función de Abono y esta vez apostó al country y blues con dos figuras de la escena nacional que han traspasado la frontera con mucho reconocimiento. Por un lado, Gabriel Grätzer, intérprete de country, blues y gospel, quien regresa a San Juan, dónde se ha presentado antes pero será la primera vez en el Auditorio Juan Victoria. Creador de la primera escuela de blues del país, ostenta la marca de ser el primer músico en tocar blues en el Teatro Colón y como investigador de los orígenes de esos géneros, ha publicado varios libros. Y por otro, Yulie Ruth junto a su banda Las ruedas del sur, artista que hace country en español con sus propias composiciones. Ruth tiene, además, un paso inolvidable por el rock, como bajista de Norberto “Pappo” Napolitano y es autor de la popular “Juntos a la par”. Los artistas hablaron con DIARIO DE CUYO antes de su concierto en la provincia.

 

> TERCERA FUNCIÓN DE ABONO
La tercera función de abono de Mozarteum será mañana, 6 de junio, con el auspicio especial de Caterwest, a las 21.30 en Auditorio Juan Victoria. Entrada: $6 mil general, $4 mil estudiantil en boletería y en Mozarteum (Av. José I. de la Roza, 161 oeste) de 9 a 13. Consultar por los abonos para la temporada que habían sido fijados en $40.000 para la categoría General y $20.000 para la categoría juvenil/Estudiantil-Jubilado.

Gabriel Grätzer
> “Es una cultura que es la raíz de todo”

-¿Por qué te cautivó el blues?
-Tenía 5 años cuando apareció un disco de Los Beatles. Me impactó y a partir de ahí abracé algo que no sabía lo que era; dentro la discografía de ellos, viendo en retrospectiva, eran los temas más bluseros los que me gustaban y en la medida que me hice más grande, hubo gente que me sugería una cosa, otra, me decía “tomá este cassette, este vinilo”. Sentí que era mi lugar, llegó sin querer y no fue algo que me propuse. Fue un arduo trabajo de investigación, de encontrar a las personas indicadas y a los 16 años ya empecé con mi carrera profesional.

-Profundizaste tu investigación y editaste libros, ¿qué te llevó a eso?
– Aparecieron las historias, me fascinaban ese contexto social, político, cultural, histórica en cuanto a lo que implicaba la música afroamericana y la country. Es una música folclórica, está expresando cosas del día a día, no es que alguien se sentó a hacer un hit, más allá de que quisieran ganar dinero. Estamos ante dos músicas que son la base la música contemporánea. Siento que no solamente se trata de tocar música y recrear un estilo, sino también de difundir algo que es importante de preservar, es una cultura que es la raíz de todo.

– ¿Y cómo se siente hacer música tan fundante?
– El concepto folclórico de una música, que la gente creó con una visión y unas necesidades muy diferentes a las que podemos tener nosotros, captar ese espíritu no es una posición ni esnobista ni de creerse, uno toma prestada una cultura ajena, como puede ser el blues, que traspasó sus fronteras geográficas y se volvió una música universal, y hace un intento por recrearlo y difundirlo, por supuesto, aportando lo propio. Entonces siento que veo las músicas de hoy y digo, “bueno, esto viene de acá”, es como ver la foto de tu abuelo, tu bisabuelo, no físicamente parecido quizás, pero sabés que tuvo que haber un padre, un abuelo y un bisabuelo para llegar a uno y conocer esa historia me parece importante.

– ¿Qué similitudes encontrás con la música argentina?
– Los folclores son todos similares, en el sentido que tiene una raíz en lo más profundo de los pueblos, no importa el color de piel, la época, siempre es una expresión absolutamente genuina y visceral de la coyuntura de cada comunidad, sea el lugar que sea. Entonces las similitudes tienen que ver con la esencia de cualquier folclore; segundo, con las cuestiones teorías musicales, que son fantásticas, porque no había Internet y hay cuestiones similares que tienen que ver con los sonidos que provee la naturaleza que están ahí, no importa la distancia, y que generan similitudes. Me inspira volver a las raíces, es deconstruirse y tocar una música que puede ser transmitida desde su más pura esencia.

– ¿Qué se escuchará en San Juan?
– Es un recorrido a través de algunos clásicos -algunos anónimos-, del country, el blues y el gospel, en cada canción intento llevar a la gente a su significado, a su contexto musical, también haciendo participar a la gente, explicándoles cómo eso que estamos escuchando es parte de nuestra música actual.

 

Yulie Ruth
“Me gusta cantar en mi idioma”

– ¿Por qué elegiste el country?
– En ’79 era muy niño y esta música me atrapó. Entró a mi casa por medio de las series de western. Luego, de la noche a la mañana, me volví un artista profesional, porque lo tomé muy en serio, quería superarme, perfeccionarme a través de la música. Aprendí a tocar y a ser autor y acompañé a otros artistas desde muy chico. Pienso que en alguna vida pasada habré estado relacionado a este género porque mi vínculo con el country es muy fuerte. Es a perpetuidad. Tiene ese lado aventurero, rudo, pero naif por momentos, es un cóctel que me eclipsó.

– ¿Y te convocó Pappo personalmente? ¿Cómo fueron esos años?
– Sí, en el ’90, Pappo quería reinventarse y armar de nuevo Pappo’s blues con una formación de chicos jóvenes. Formamos una muy unida familia musical, recorrimos durante 15 años sin parar, fueron muchas experiencias vividas para mí, que siempre fui el más chico de la banda. Fue hermoso, aprendí muchísimo con él, era un hombre muy suelto, accesible, muy creativo, no se asustaba con nada; ante cualquier adversidad, como todo italiano, yo también lo soy, nos gusta ir para adelante. Así fue su carrera.

– De ese éxito fue parte también Juntos a la par, tu canción.
– Sí, sí, ahí cambió mi vida musical porque me empezaron a conocer músicos por mis composiciones, todos se enteraron que escribía canciones después de muchos años de escribirlas. Fue muy gratificante. Nunca pensé que podría quedar tan expuesto con Juntos a la par, porque fue la primera canción que escribí en 1987 y estaba en un viejo cuaderno.

– ¿Te acordás cómo fue que se la mostraste a Pappo?
– Yo era como su mano derecha en la banda, me confesó que necesitaba un par de canciones más para completar su álbum y me dijo que le gustaban mis canciones. Le mostré algunas y después le dije “tengo otra que no sé si te va a gustar, porque es tipo espiritual ” y le canté los primeros renglones. Ahí le cambió la cara y me dijo que eso estaba buscando. Creo que tenía ese costado humano que quizás él no mostraba pero que sí tenía con nosotros. Es una canción muy especial, muy angelada.

Después, como solista, volviste al country y en castellano.
– Cuando volví dije que quería hacerlo en mi idioma. Me gusta cantar en mi idioma, amo mi país y me parecía una buena propuesta que todos podamos entender las letras. Para mí la letra es el 50 por ciento de una canción.

– ¿De qué manera se une el country con la cultura argentina?
– Tiene mucha similitud, el sentir lo autóctono, el respeto por los nativos, por la tierra. Para mí es lo mismo. La música es universal, podría estar haciendo otro tipo de música, como chacarera o tonada, me llega porque le canto a la gente sabia, a la gente con experiencia de vida. Me encanta mi país y me gusta salir y representarlo, ser una suerte de humilde embajador.

– Cantaste en la cuna del country, ¿cómo tomaron tu propuesta en castellano?
– Muy bien, de una manera muy risueña, hice varios amigos americanos de mucha experiencia en la escena de Texas. Fue maravilloso. Veían como muy lindo que hiciéramos su música en nuestro idioma.