Una de las cualidades fundamentales de los seres humanos es nuestra habilidad para pensar, mantener algún tipo de diálogo interno que nos hace reflexionar sobre las cosas que nos pasan, nuestro entorno, nuestras decisiones o, simplemente, poner objetivos de vida para mejorar. En el vertiginoso y multifactorial ritmo de la vida moderna, nuestros pensamientos pueden fácilmente convertirse en una perturbación para nuestra tranquilidad y bienestar mental. Por ello Emilio Sánchez Sánchez, coach ontológico, nos aclara los tópicos fundamentales a la hora de establecer metas y objetivos de vida. Sin embargo, en la mayoría de ocasiones, la dificultad a la hora de conseguirlos se da en el proceso para lograrlos. Por este motivo, Emilio preparó algunos consejos que pueden ayudarte a evitar este tipo de dificultades.
¿Por qué las metas?
En realidad, los proyectos, sueños o metas son las que le dan sentido a nuestras vidas. Otorgan deseos de vivir, nos generan felicidad, nos motivan, desarrollamos habilidades, algunas que teníamos y no sabíamos y otras que no tenemos y podemos ir adquiriendo. Todo nuestro cuerpo y mente se sincronizan y esto ayuda a que nuestra salud este mejor, tenga otro estado de ánimo. Con una meta de por medio el cerebro empieza a liberar endorfinas, serotoninas, que nos dan felicidad y plenitud, así nos alejan un poco o mucho del cortisol, este neurotransmisor que genera tristeza y desgano.
El tema importante es que, las metas son las que nos dan ganas de vivir, nos llevan e impulsan hacia delante en la vida. Un ser humano sin metas, sin sueños, sin anhelos, automáticamente pierde las ganas de vivir. El depresivo perdió la capacidad de desear. Por eso el deseo de metas o anhelo de proyectos es lo que nos mantiene vivo. Cualquier ser humano que le quites esa capacidad, automáticamente no tiene por qué vivir, se pierde. Entonces, un proyecto de vida es muy importante porque es un regulador de nuestra autoestima. Todos tenemos metas a corto, mediano o largo plazo, así siempre la autoestima está en alza. Cuando dejamos de tener sueños, nuestra autoestima cae al piso y es esta quien nos da calidad de vida.
¿Cómo empiezo para lograr ese anhelo?
Una buena forma de comenzar a desarrollar una meta es meditar y no hablo de una meditación espiritual, sino simplemente de cerrar los ojos, hacer una respiración tranquila y profunda y visualizar nuestra meta. Qué es lo que traemos en nuestros pensamientos, qué deseamos lograr, cómo sería, cuál es la forma que tendría, a donde me llevaría, cómo me sentiría. Lo primero es tener una mirada y enfoque positivo, no pensar de entrada en forma negativa. Lo importante es tenerla al lado, algo que deseo lograr y puede ser posible, pero sobre todo hacer foco en lo positivo y ponerla en papel. Todos los empresarios y personas de éxito ponen en papel sus ideas, sus planificaciones, sus desarrollos. De esta forma aseguramos que esa meta no se quede en el tiempo y para algunas personas pasan muchos años y para otras pasa la vida sin conseguirla. Además, es importante anticiparse a que cosas buenas, malas o complicaciones que puede llegar a traer y que debería resolver. Escribir cada detalle de tu desarrollo de proyecto o meta. Por ejemplo, si una meta es un viaje: podemos escribir cómo sería, que lugares quiero conocer, en qué línea área viajaría, días y horarios, qué museos, etc. Es decir, tratar de poner todos los detalles posibles, mientras más puntos tenga eso, más viable va a ser mi cerebro. Este tendrá más ganas, más vitalidad, va a buscar centrarse para resolver esta situación o este proyecto. El tema de escribir el desarrollo de nuestro sueño en un papel es importante porque nuestro cerebro funciona de una manera distinta cuando escribimos. Si yo tengo una meta y la dejo solamente en mi mente, mi cerebro lo toma como pensamiento mágico o como algo probable que podría o no suceder, que podría llegar a ser o no. Y esto hace que se vaya diluyendo en el tiempo. Ahora, cuando le doy forma a mi proyecto escribiéndolo, mi cerebro, por el solo hecho de verlo escrito en papel, pasa de ser probable a ser real y cuando mi cerebro detecta que algo es real, empieza a trabajar. Por eso es tan importante que ante cualquier meta, proyecto o sueño, la podamos escribir en papel, algunos lo hacen con diagramas o dibujos, cada uno va viendo la forma, pero debe plasmarse en papel. Esto sirve no sólo para planificar nuestra meta sino también para nuestra vida en torno a esa meta. Si tengo una meta muy ambiciosa linda y que me llena de vida, pero tengo una vida muy desorganizada tanto en salud, alimentación, descanso, ejercicios, vínculos, etc., esta meta va ser muy difícil que la pueda llevar a cabo. Por eso es importante en esta planificación, la meta y mi vida.
Para establecer una meta
Es importante no sólo la meta, sino que a esta la podamos dividir en corto, mediano y largo plazo. En pequeñas partes para ayudar a mi cerebro a resolverla y que no haya desgano y nos quedemos en el camino. Si tengo una meta a corto plazo voy manteniendo las ganas, esa efusividad permanente, y es muy importante. También, deben tener fechas, deben ser medibles, realistas. Soñar uno puede hacerlo a lo grande, pero siendo realistas. Los ojos puestos en el cielo, pero los pies sobre la tierra, es mí dicho. Otra característica que deben tener es que sean metaflexibles, es decir que en el camino que voy atravesando yo pueda ir flexibilizando a veces la vida. Debo planificarlo día a día y retocando día a día. En este plan, vivimos en un mundo que es volátil, donde las reglas del juego van cambiando y por lo tanto me tengo que ir adaptando. Tengo que tener una actitud positiva siempre frente a las metas, y mirar lo negativo tratando de resolverlo, no verlo como un problema sino como una situación a resolver. Otra cosa importante es que debo ser constante, de lo contrario debo adquirirla, debo trabajar la voluntad, la automotivación y ser amoroso conmigo mismo, con mis errores, mis caídas, mis fracasos y mirarlos no como algo negativo sino como una posibilidad de crecimiento, de aprender, de madurar. Ahora bien, si sólo veo mis errores como fracasos y me anclo en el dolor, es difícil que lleguemos a lograr nuestra meta. Pedir ayuda es otra razón a tener en cuenta, a veces necesito de otras personas, familia, amigos y también por qué no de un coach. Hay personas que al acudir a un coach profesional, creen que tendrán que ir un año para lograr algo y esto muchas veces no es así; quizás con una sola sesión se aclara el panorama y avanzo. Por ello es necesario pedir ayuda y quedarse en el orgullo de poder hacer todo solo, hay que ser amoroso con nuestras limitaciones. Tenemos que ser resilientes, caernos, nos podemos caer muchas veces y estar tristes, amargados por distintas situaciones, pero lo más relevante es volvernos a levantar. Saber que tenemos esa capacidad para salir adelante, seguir buscando nuestra meta, que no importe el tiempo que nos atrasó, unos días, meses o un año, no importa. Si esa meta sigue estando en mi mente y la quiero lograr, la voy a lograr más tarde o más temprano.
Nuestro cerebro a veces nos va autoboicotear
Demos tener en cuenta esto primero porque para que se logre una meta se tienen que dar muchos cambios, ya sea en nuestra personalidad, en nuestra forma de ver las cosas, en nuestro carácter, en nuestra mirada, y eso genera un cambio y para que se dé el cambio hay tres cosas importantes que deben darse:
* Primero creer que yo puedo lograrlo que puedo cambiar
* Segundo querer cambiar, querer lograrlo
* Tercero es actuar si yo me creo que puedo, quiero, pero no género un plan de acción y empiezo a llevarlo a cabo y no me muevo por esa meta, no se va a dar.
Por lo tanto, estos tres pasos se deben dar. Las personas que creen que ya llegará, el tiempo, Dios dirá o si es para vos se va a dar, esto es una falacia. Hay un estudio que reflejó esto: De 100 personas solo el 8% les paso en el transcurso de su vida, podemos tardar que esa meta llegue o no, podemos esperar toda la vida, pero es necesario ir a lo real y palpable y trabajar por ello.
Muchas personas piensan que ocupamos solo un 10% de nuestro cerebro, esto es un mito, en neurociencias se descubrió a través de las ciencias que ocupamos el 100% de nuestro cerebro. Pero ocupamos el 2% de nuestro cerebro en simultáneo, esto es multitasking o multitareas, que a veces nos llenamos de muchas cosas , lo podemos hacer en cierta medida pero ocupando solo el 2% del cerebro, por eso nos salen las cosas mal. Sí ocupamos el 100% en distintos momentos en distintas cosas planificadas, pues nos va a ir mucho mejor que tener una multitarea.
Tenemos en nuestro cerebro un sistema reticulador, articulador, ascendente, que es como una antena, nos permite proyectar sobre un deseo. Por ejemplo, si hoy pienso que quiero comprarme la Toyota y mi sistema empieza a activar esa antena voy a ver todos los días las Toyota que hay en San Juan, voy a estar atento a las oportunidades, a las ofertas, así es como funciona el sistema cerebral, trabaja mucho más porque se proyecta sobre ese deseo, ese auto. Vale decir que nuestro cerebro tiene todas las herramientas y nosotros tenemos muchas capacidades y las que no tenemos las podemos adquirir, pero el cerebro puede trabajar a favor nuestro o en contra nuestro. En contra seria cuando el cerebro está en esa zona de confort que es lo conocido. La zona de confort es el ámbito de trabajo, las personas con sus hábitos, que son normales, que son cómodos porque es el mismo camino de siempre. Y, a veces establecer una meta supone salir de mi zona de confort y ahí es donde mi cerebro me va a jugar en contra. Dijimos que el cerebro tiene herramientas para hacerme trabajar, y que estas son positivas para lograr una meta, pero a su vez también encontramos zonas y formas para autoboicotearnos, para no salir de esta zona de confort, porque es un nuevo camino neuronal para lograr un resultado diferente. Entonces hay que estar atentos a cuál es mi zona de confort y saber que gracias a la neuroplasticidad podemos salir de nuestra zona de confort y ahí quizá nos haga falta pedir ayuda, una sesión o más con quien compartir, porque esta zona de confort va a buscar anclarme a lo conocido a no ir a buscar metas demasiado ambiciosas.
Todo se consigue con trabajo y esfuerzo
Es real hasta un cierto punto, pero no siempre es una regla a seguir, hay cosas que se consiguen fácilmente. El trabajo duro para conseguir una meta es importante pero científicamente se descubrió que mejor que un trabajo duro es la actitud. Si tu actitud es fuerte y positiva, va para adelante, que se levanta de las caídas, que tiene la mirada siempre hacia arriba no derrotista es mucho mejor que un trabajo duro. Hay una técnica que se utiliza mucho en Europa y Estados Unidos para las grandes empresas, a la hora de clasificar el personal o un CEO, es: C + H x A. La C es conocimiento, si tengo muchos conocimientos esto va a sumar mucho en mi vida. La H son las habilidades si las tengo para desarrollar esta meta y lograrla, también suma mucho. La A es actitud, esta es la única que multiplica, si tengo buena actitud frente a una situación ya sea de metas, sueños o proyectos esto va a multiplicar mis habilidades y conocimientos. Esta regla que tienen estas empresas, tiene mucho más en cuenta la “Actitud” que los conocimientos y habilidades. Y, antes era todo lo contrario, antiguamente se tomaba más en cuenta los conocimientos por encima de las habilidades. Como también se tomaba más en cuenta el coeficiente intelectual y ahora se toma en cuenta nuestro coeficiente emocional. Si yo tengo esta capacidad, la plasticidad y la flexibilidad de manejo de las emociones, puedo proyectarme y trabajar mi actitud positiva, buscar aprender en medio de los fracasos, de las debilidades y de los problemas; así voy a tener un mayor desarrollo en mí frente a las metas. Es muy importante tener en cuenta de que la actitud es la que marca la gran diferencia con respecto a cualquier persona y para desmitificar lo de la ley de atracción (piensa mucho en esto y lo vas atraer) es algo erróneo, solo con pensarlo no se da. Yo diría más bien, pensá mucho y cambia la ley de atracción por la ley de acción, es más científica, más real y palpable. La ley de atracción es algo más holístico y espiritual, pensar en algo solamente, no hará que lo logres. En cambio, pensar, planificar, ponerlo en papel y actuar es lo que me hace llegar a mi meta.
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