Fernando Ariel Illanes lloró cuando escuchó a la jueza, Celia Maldonado, decir que lo absolvía por el beneficio de la duda de los dos delitos más graves que le había imputado el fiscal, Leonardo Arancibia (dos hechos de lesiones leves y privación ilegítima de la libertad). Y que solo lo condenaba a 6 meses, sin prisión preventiva, por las amenazas simples contra una joven que era su pareja, en dos episodios ocurridos el 28 y el 31 de octubre del año pasado en la casa que compartían en Chimbas.

Illanes había sido condenado a 8 años de cárcel el 21 de febrero de 2017, luego de reconocer en un juicio abreviado que había matado de un cuchillazo a un policía en la casa del uniformado en Chimbas, la madrugada del 12 de febrero de 2015.

Fue cuando cumplía esa condena que conoció al policía que luego asesinó. Y también a la joven que el año pasado lo denunció en la UFI CAVIG.

Durante el juicio, el fiscal amplió la acusación contra Illanes porque consideró que las amenazas fueron agravadas y también por haber privado de la libertad a quien era su pareja. Pero su defensora oficial, María Emilia Nielson, cuestionó esas ampliaciones e incluso planteó nulidades. Al cabo de sus alegatos, pidió la absolución de su defendido.

Fiscalía pedía 5 años y 6 meses de prisión para Illanes y que vuela a la cárcel (allí pasó 2 meses con preventiva), pero la jueza entendió que debía seguir libre (monitoreado electrónicamente) a pesar de la condena.