Sólo le faltó la barba blanca y el gorro rojo, porque su empatía con los chicos fue igual a la de Santa Claus. Fue Julián Weich que, como Papá Noel, escuchó y entregó regalos a chicos con cardiopatías. Fue ayer, en el Servicio de Cardiología Pediátrica del Hospital Rawson, donde el artista dejó inaugurada la obra de pintura y murales en las instalaciones que realizó Colorshop en el marco del su 25to aniversario. Los niños que esperaban ser atendidos pudieron disfrutar además de un ágape con jugo y medialunas, rodeados de imágenes de niños jugando y de seres halados que pintaron lo voluntarios en las paredes de salas y pasillos.

Angie, de 3 años, fue la primera paciente en acercarse a Julián Weich que la esperaba con los brazos abiertos para saludarla. Tras preguntarle el nombre y la edad, entre ambos abrieron la bolsa de papel para descubrir que contenía ‘muuuchas’ golosinas para la nena. ‘Después de comerte todo esto tenés que lavarte bien los dientes’, le aconsejó el artista antes de entregarle de regalo un kit de doctora.

Las mejores caras de Julián. Julián Weich no pudo dejar de expresar con su rostro las diferentes emociones que le provocó la charla con los chicos que ayer asistieron a la consulta cardiológica en el Hospital Rawson.

Uno a uno los chicos que formaban una larga fila fuera de la sala de ingreso al Servicio se acercaron al artista para recibir su saludo y un obsequio, pero no sin antes charlar unos segundos con él. Y de sorprenderlo con sus nombres y planes futuros. Fue el caso de Shana quien le contó que su nombre significa ‘lirio’. Y que cuando creciera iba a ser policía. ‘Eso quiere decir que querés cuidar a todos y está muy bueno. Vos tenés que elegir la profesión que te haga feliz’, le dijo Weich.

Como el exconductor de ‘Agujerito sin fin’, ‘Justo a tiempo’ y ‘Sorpresa y media’, entre otros programas televisivos, se demoraba un par de minutos con cada niño, y ante la ansiedad del resto que esperaba su turno de recibir un obsequio, los voluntarios de Colorshop tuvieron que salir al pasillo principal a repartirles las golosinas y juguetes, incluso para los chicos que no estaban presentes. Es que algunos niños les pidieron un regalo para el hermanito que se quedó en casa.

San Juan fue una de las 7 provincias elegidas para la campaña social de Colorshop, ‘Colores que Suman’, en el marco de la celebración de su 25to Aniversario. La iniciativa apuntó a remodelar el área de Cardiología Pediátrica del Hospital Rawson cuyas instalaciones estaban deterioradas por la humedad y el paso del tiempo. Tras completar los arreglos estéticos y de infraestructura, se pintó el edificio por completo y se realizaron dibujos alegres (niños jugando, hadas, etc.) con colores vibrantes en las paredes de la sala de espera y de los pasillos para crear un ambiente más agradable para los pequeños pacientes y sus familiares.

> ENTREVISTA

  • ‘Los niños no deben sufrir hambre’

Julián Weich habló sobre su trabajo con las infancias

-¿Qué te llevó a formar parte de esta campaña social de Colorshop que recorre el país?

-Es una iniciativa muy linda para mejorar la calidad de vida de la gente. Además de festejar los 25 años, Colorshop quiso dejar algo para la gente. Por eso, en todos los lugares que visitamos hacemos una actividad que tenga que ver con lo social. Acá (por San Juan) vinimos a pintar el Servicio de Cardiología Pediátrica del Hospital Rawson para bienestar de los chicos. Donde se pueda dejar una huella linda de pintura, lo hacemos.

-A nivel personal ¿que te genera participar en esta y otras iniciativas sociales?

-Yo estoy relacionado con la infancia desde hace muchos años. Como embajador de Unicef, para mí todo lo que sea ocuparse de la infancia es importantísimo y prioritario. Unicef acaba de publicar datos de que en Argentina hay un millón de niños que se van a dormir sin cenar, lo que me parece una locura. Los niños de deben sufrir hambre. No podemos permitir que esto esté pasando ahora en el país porque los chicos no son el futuro, son el presente. No se porqué desde hace muchos años, y a pesar de los partidos políticos, seguimos mal. No podemos permitir que los niños pasen hambre.

-¿El argentino y el sanjuanino es solidario?

-Todos somos solidarios en la medida que confiemos en que lo que donamos llegue a destino. Todos queremos donar, pero tenemos mucho miedo de que nuestras donaciones no vallan a parar a donde dicen que van a ir. Estamos desconfiados. Pero siempre están las instituciones, ONG y fundaciones que son las que garantizan que las donaciones lleguen. Ese fue mi trabajo durante muchos años a través de mi rol en Unicef y de mi participación en muchas actividades solidarias. Sí, el argentino en general es solidario.