Se entiende por medicamento natural aquel que en su composición contiene principios activos o partes obtenidas directamente o mediante procedimientos específicos de vegetales, minerales o animales cuyo uso se halla justificado por la práctica de la medicina tradicional o bien por estudios. Un recorrido vivido, experimentado y estudiado es el que lleva Candela con su trabajo de medicina natural. Ella explica su proceder y desarrolla en qué consiste su tarea. Vive en un San Juan que le proporciona materias primas de excelente calidad y además, viaja al sur del país en búsqueda de otras plantas y semillas. Reflexiona acerca de la importancia del agua en la vida y sin dejar los conocimientos ancestrales de lado.

> ¿Cómo te iniciaste en el tema?
Mis inicios en la medicina natural tienen varias raíces en mi historia. La que siento más fuerte tiene que ver en los espacios con círculos de mujeres, espacios de encuentros con hermanas y amigas, buscando formas de acompañar procesos de salud, sobre todo ginecológicos, de nuestra sexualidad, pero también de la salud integral; con plantas, con hábitos, con alimentos, que nos permitieran ir conociéndonos a nosotras mismas e ir construyendo salud en forma comunitaria, en red. De este modo, yo diría que mis inicios tienen mucho que ver con el feminismo, como forma de vida, como estrategia de supervivencia como mujer y con una posibilidad de crear red y de valorar los procesos de cuidado y autocuidado, es ahí donde siento que está la raíz más fuerte. Por otro lado, desde muy chica me he sentido atraída por la lucha ambiental, por la posibilidad de crear de este mundo un espacio más amoroso y en armonía con la naturaleza de la que somos parte. Hoy estoy muy vinculada de ir buscando las raíces de la medicina natural en relación a algunas tradiciones ancestrales de los pueblos tanto americanos como la medicina tradicional china que es la carrera que estoy estudiando y me estoy formando.

> ¿De qué trata la medicina natural?
Según mi experiencia y mis saberes hasta ahora son llaves para el autoconocimiento, son posibilidades para la gestión de salud integral. Se basa en la posibilidad de entender que nuestro cuerpo es un todo integral, es espíritu, es mente y que sobre todo está en dialogo con la naturaleza de la que somos parte y también las formas de vincularnos con nuestro cuerpo y con nuestra salud. Es decir cuando hay una explotación de lo que llaman recursos naturales, es una vida que también nos pone andar en un sistema productivista que poco oye los ritmos naturales del cuerpo, las necesidades expresadas en síntomas y que un poco la medicina natural históricamente y actualmente vienen a poner el oído, escuchar y acompañar al cuerpo de una manera no tan invasiva; no estoy en contra de la medicina alopática, pero sí encuentro en la medicina natural muchas posibilidades para acompañar procesos de forma integral y amorosa. Creo que esto está muy ligado a lo que son la historia de los pueblos y estrategias de las mujeres como grandes cuidadoras de la historia de crear salud con lo que tenían a mano, que son las plantas, los alimentos, las canciones para dormir a un bebe y las caricias en un pechito que está con tos; y tiene que ver con todo esto.

> ¿Cuál fue tu incentivo para hacer esta tarea?
Tuvo que ver con poder seguir el deseo que me generaba el autoconocimiento. Tengo un recuerdo hermoso de un libro de Paula Pérez, chilena, un libro de ginecología natural en donde había imágenes y propuestas para poder mirarnos, para hacer cremitas con las flores que salían en el jardín, identificar lo que mal llaman yuyo y poder a partir de eso hacernos un mimo a nosotras mismas y a los demás. Mi inquietud tuvo que ver con estar en contacto con la naturaleza con poder tener un trabajo que me facilitara estar más tiempo al aire libre, dando más procesos de contemplación, de escucha de los ciclos naturales, de acompañarme a mí misma, en mi construcción de salud y por supuesto de aportar un granito de arena a un tejido comunitario que creo que es la clave para la creación de salud.

> ¿Hace cuanto tiempo que te dedicas a esto?
Tomo el 2011 o 12 como años de iniciación en la producción de mis preparados y de empezar a frecuentar la Patagonia como lugar predilecto para la cosecha de semillas, gracias a la posibilidad de tener agua libre, cantidad de plantas y de flores en un lugar donde no hay agrotóxicos ni la desertificación están presentes.

> ¿Cómo llevas a cabo tu trabajo?
Es bastante diverso, elaboro las recetas en compañía de quienes han sido mis referentes en este camino, como la red jarilla, algunas médicas, biólogas, cosmetólogas, amigas, que en base a experiencias y de recorrido común hemos ido ideando recetas, compartiendo experiencias, desde un lugar de mucha solidaridad. Luego hay una parte que me encanta que tiene que ver con la siembra de la planta que voy a utilizar y la cosecha, esto es lo que me permite estar viajando y en contacto con la naturaleza. Después, está todo lo que tiene que ver con cuidar esa materia prima y conseguir otras materias primas de óptima calidad, con distribuidores o productores. Por último está mi trabajo en el taller, que está en casa, que es un espacio acondicionado para elaborar mis preparados de forma artesanal, es una elaboración muy cuidadosa y en una escala muy pequeña para luego pasar a la comercialización en ferias agroproductivas, éstas son un gran espacio donde los productores del agro sanjuanino podemos dar a conocer nuestros productos y también incluye la posibilidad pedagógica, de dar a conocer un poco el conocimiento que vengo recolectando, en espacio es de talleres, en círculos y encuentros; que también es lo que más me gusta hacer dándole valor a un saber tan antiguo como es el de curar con plantas. Como aquellas personas y mujeres que históricamente han curado y han cuidado con lo que la naturaleza les brindaba.

> ¿Cuánto tiempo te lleva tu tarea?
El trabajo es muy integral entonces casi todo el tiempo algo estoy haciendo o cosechando una caléndula o haciendo un sahumo o macerando una plantita o subiendo alguna foto porque doy a conocer mis productos en las redes sociales. Asi que excepto los días que estoy de viaje que también son referidos a mi trabajo. La cosmética natural son hábitos de mi propia vida.

> ¿Cómo empezaste en la provincia?
Llegué a San Juan después de vivir 10 años en la ciudad de La Plata y desde que llegue he tenido la posibilidad de conectar con muchas personas que están en la búsqueda de conectar con las plantas y consigo mismas, asi que se han dado muchos espacios de talleres y de círculos. Además he tenido la posibilidad de conectar aquí en San Juan con la riqueza de nuestra tierra con la posibilidad de encontrar en un desierto una abundancia gigante de plantas medicinales, de aceites, frutos y de sabidurías.

> ¿Hay mucha gente interesada?
Cada vez es más creciente el número de personas que les interesa y que disfrutan la posibilidad de encontrar un camino de autocuidado y autocuidado colectivo a través de la medicina con plantas ya sea desde compartir una semilla hasta poder compartir en un taller o vender un cremita. La verdad que se abren muchos puentes y son muchas las personas que están en esa búsqueda y lo interesante es poder encontrar un camino hacia nosotros mismos y no hacia otra forma de consumo. Hoy los espacios de encuentros o comunitarios para pensar nuestra salud y para acompañarnos son muy necesarios.

> ¿Cuáles son los beneficios?
Dependen de cada producto, pero a nivel general podríamos hablar de que las cremas humectantes, hidrolatos (aguas perfumadas), serum, aceites, son productos naturales para acompañar las pieles resecas, muy común que esto suceda en nuestra provincia. En la provincia encontramos excelentes aceites, como por ejemplo el de jojoba, oliva, almendras, que utilizo en la mayoría de mis productos, para nutrir y humectar. Además, son regionales y acompañan una estrategia de sustentabilidad.

Otro producto muy valioso de San Juan es el derivado de la colmena, como la cera, propóleo, miel, con los cuales se elabora un jarabe para la tos, para levantar nuestras defensas, etc. También podemos hablar de las aguas floridas que son elaboradas a través de la sinergia que existe entre los aceites esenciales de algunas plantas y que nos pueden acompañar desde la aromaterapia, otra forma de medicina alternativa basada en el uso de materiales aromáticos, incluidos los aceites esenciales y otros compuestos aromáticos, con el objetivo de mejorar el bienestar psicológico o físico, ayuda en los procesos subjetivos.

Incluir la necesidad del respeto al agua, es lo más importante en mis convicciones, más en nuestra provincia cuya necesidad es grande. La necesidad de entender la medicina natural no como una práctica individual sino como una posibilidad colectiva de garantizar el derecho a la salud en base al dialogo armonioso con la naturaleza de la que somos parte, por ende la distribución del agua, como se cuida, en que se gasta es pensar como nos cuidamos a nosotros mismos. Ninguna práctica individual va a poder gestar salud, la medicina natural siempre es colectiva. ¡Agüita pura para San Juan!

EL DATO
Los talleres son en integración a los ciclos de la naturaleza, uno en otoño, invierno y primavera.
Ig: eamedicinanatural