El Museo Arqueológico de Calingasta, que tiene 4 años de inaugurado, transita una reforma profunda. El cambio fue sorpresivo para la comunidad y en particular para el artista que hizo algunas instalaciones, Juan Diápolo. Fue él quien denunció mediáticamente que estaban desmantelando la muestra y que la municipalidad está cometiendo “un atropello contra las comunidades originarias y mi propiedad intelectual”. Desde la gestión, en cambio, contestaron que son mejoras, ya que el diseño anterior incumplía con normativas científicas y que especialistas les pidieron hacer los cambios.

El inicio de la polémica fue el pasado miércoles. Ese día Diápolo se enteró de los cambios cuando fue a mostrarle su obra a un amigo. “Llegué y me encontré todo desarmado, entré en shock y cuando pregunté a los que estaban trabajando me dijeron ‘estas chatarras las van a tirar al carajo'”, contó. El museo está en la unión vecinal de Calingasta y fue construido con fondos del fideicomiso minero. Contó que el nombre del portal fue retirado, sacaron obras y estaban en obra.

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Antes y despúes. El lugar donde estaba ubicada la momia de un joven del Imperio Inca antes de las remodelaciones fue cambiado y aseguran que tendrá nuevas protecciones. En el proceso, retiraron obras de un artista.

Las tareas fueron confirmadas por la municipalidad. Mauricio Olivera, director de Turismo de Calingasta, dijo que están trabajando en la obra hace semanas y que estaba planificada hace un año. Lo que negó fue que se estuviera desmantelándolo y dijo que encararon una tarea de “puesta en valor del museo”. A pesar de que Diápolo puso en duda que estuvieran autorizados, el funcionario municipal dijo que los avances se estaban haciendo “tras un convenio con la Dirección de Patrimonio y el Museo Gambier”. Agregó que empezaron a hacerlo por “un pedido de los especialistas”.

En el centro del cruce está la pieza más valiosa que tenía el museo: una momia de un joven de 15 años que perteneció al imperio Inca. Esta fue donada por una familia de Calingasta, que la encontró en una zona de alta montaña. Fue alrededor de la misma que se creó el único museo arqueológico que tiene el departamento y el resto de las piezas fueron llegando también por donaciones de locales.

Mientras Diápolo acusó a la municipalidad de “profanar la momia”, Olivera dijo que la razón principal que tuvieron para modificar el espacio era que la misma no estaba protegida. Dijo que especialistas recomendaron que no estuviera expuesta al sol, porque la radiación solar la daña y en cambio estaba bajo una zona de techo vidriado. Además, la ley prohíbe exhibir constantemente los cuerpos de hallazgos arqueológicos, ya que se considera una vulneración a los pueblos. Por eso, en el nuevo diseño solo permitirán que los visitantes la observen dos veces al día y con protección contra rayos UV.

Estos cambios no fueron comunicados oficialmente, reconoció Olivera, quien dijo que no estaba al tanto del revuelo que generó la obra en el museo. En la jornada de ayer, Diápolo dijo a DIARIO DE CUYO la situación y la falta de datos de qué iba a suceder con su obra. A pesar de las críticas técnicas que habrían recibido en el municipio, el artista aseguró que la estructura y la presentación “es una obra que fue reconocida por el Ministerio de Turismo de la Nación, que representaba a la cultura Ansilta, los Morrillos y Huarpes, con piezas que son valiosas para la comunidad”, dijo.

En respuesta a esto, el funcionario municipal dijo que todas las piezas arqueológicas se resguardarán y las pondrán nuevamente en exposición. “Otro de los puntos que surgió de un informe es que no había un relato museológico correcto”, dijo. Para solucionarlo las piezas están siendo “inventariadas y reordenaradas por los especialistas y mientras tanto están custodiadas”, explicó. Agregó que quieren sumar más artículos arqueológicos: “queremos recuperar todas las piezas calingastinas que están en toda la provincia, pero primero debía mejorar el museo”.

Lo que no volverá al lugar será la obra de Diápolo. “Las guardas que estaban en la sala principal era geométricas y varias veces desde el museo Gambier nos dijeron que no correspondían a la época”, dijo Olivera. Aseguró que están preservadas, pero que no volverán ser exhibidas con el resto de la colección. El artista aseguró que las piezas sí correspondían a las culturas de las zonas y contó que trabajó con calingastinos en la creación. No hay un destino definido para las obras metálicas, pero el funcionario municipal dijo que están dispuestos a hablar con Diápolo y darles un espacio para que sean exhibidas.