El principal y único acusado de matar a cuchillazos a la empleada municipal, Yanina Pérez (44), en la puerta del cementerio de Angaco, el 15 de febrero pasado, reconoció ayer ante el juez, Ricardo Moine, que tres días antes del asesinato, peleó y amenazó con matar con una navaja a un joven porque no le quiso invitar cerveza. En un acuerdo de juicio abreviado logrado con la fiscal, Claudia Yanina Galante, a través de sus defensores Eduardo Sait y Fernando Bueno, Omar Ariel Pérez (40 años, alias ‘Bebe’ o ‘Guascazo’) aceptó también recibir una condena de 1 año por ese violento episodio contra Jairo Aballay, ocurrido el último 12 de febrero alrededor de las 4,30 en Segovia y Santa María de Oro, Angaco, en presencia de un joven y su pareja, amigos de la víctima.
Actualmente, Pérez es sometido a una pericia interdisciplinaria a pedido de sus defensores, quienes pretenden demostrar que su cliente puede ser inimputable o, en todo caso, acceder a una atenuación de su responsabilidad en el homicidio, pues ya otros dos profesionales de la salud mental detectaron que tiene una personalidad borderline o, lo que es lo mismo, un trastorno límite de la personalidad que lo lleva a tener afectada gravemente su capacidad para controlar sus emociones e impulsos, a ser inseguro y a tener dificultades para relacionarse con otras personas.
Mientras esos profesionales definen si esa característica de su personalidad influye o no a la hora de ser considerado jurídicamente responsable por el homicidio agravado de su expareja, Yanina Pérez, el ‘Guascazo’ recibirá un castigo de 1 año por amenazas agravadas.
Cuando el caso se denunció, Aballay dijo que él atendía un puesto de cerveza artesanal de otras personas cuando llegó Pérez y le pidió que le invite. Cómo él se negó porque el negocio no era suyo, se enojó y le recriminó, porque antes le había invitado él. Un par de horas más tarde, encaró otra vez al mismo joven, cuando estaba con un amigo y su pareja, lo golpeó, el otro devolvió la agresión y en el forcejeo sacó una navaja con la que amenazó darle muerte. Esa noche ambos fueron detenidos y horas más tarde, tras ser liberado, el denunciante volvió al lugar y halló la navaja tirada.
Esa vez, Pérez negó haber usado una navaja y aseguró que su denunciante fue quien lo encaró, porque ese joven, un yerno de la mujer que asesinó y otro sujeto más, lo buscaban y habían amenazado con matar a un hijo suyo con tal de que volviera con la víctima. Esa situación, sin embargo, no pudo ser probada en la investigación.