En lo poco que alcanzó a decir luego de que lo encontraran ensangrentado y noqueado por al menos el golpe con una anchada en su casa, José Angel ‘Chino’ Pinto (77) dijo que se habían metido a robarle (habló de $420.000 y tarjetas), que los delincuentes fueron tres o cuatro y que los conocía por ser vecinos. Así, mencionó a Rubiño (Leandro Gabriel), el ‘Palicho’ Páez (Alejandro Daniel) y al ‘Poroto’ Claudio (prófugo). Horas después, cayó Rubiño en la casa de una amigo. Lo había denunciado su propia hermana, porque llegó a verla, aflijido, con intenciones de dejarle unos billetes como suerte de compensación por el celular que le había robado. ‘Me mandé una cagada, entré a la casa del Pinto, no se si lo maté o no’, dijo la joven que le confesó su hermano, antes de echarlo sin recibirle nada. A los otros dos sospechosos que por ahora tiene la causa, los policías de Robos y Hurtos de la UFI de Delitos contra la Propiedad que dirige el fiscal Leonardo Villalba (con la colaboración de Analía Patinella y Andrea Gómez) tuvieron que perseguirlos para atraparlos el jueves por la tarde.
Esos implicados son Páez y Cristian Fernando Muñoz, ambos con condenas menores: Muñoz por un ataque sexual; Páez dos por delitos contra la propiedad.
El violento asalto contra el jubilado ocurrió alrededor de las 23 del miércoles en su casa de la Villa San Miguel, en Albardón. Y ayer, el juez del caso, Sergio López Martí, accedió al planteo de Fiscalía de dejarlos 1 mes con prisión preventiva, aunque fijó un plazo de investigación de 3 meses. Además, les imputó los delitos de robo agravado por el uso de un arma impropia (la azada) y las lesiones graves que tienen a Pinto internado con pronóstico delicado, según Fiscalía.
Tras conocer la imputación, Rubiño (no tiene ningún antecedente) desoyó el consejo de no declarar que le dio su defensora oficial, Sandra Leveque, y confesó: ‘Quiero decir la verdad, quiero desvincularlos a ellos (los otros detenidos) ingresé solo, los muchachos que tengo acá al lado mío no tienen nada que ver’, dijo el joven.
Eso dio pie para que Páez y Muñoz dijeran que habían sido ajenos al hecho, Y para que sus defensores, Horacio Merino (por Páez) y Miguel Angel Gélvez (por Muñoz), pidieran su libertad o, en todo caso, prisión domiciliaria. Gélvez resaltó el hecho de que su cliente no fuera mencionado por el denunciante.
Hasta lo que pudo reconstruir Fiscalía, Rubiño y sus cómplices ingresaron por el fondo de la casa, tal vez confiados en no ser descubiertos porque Pinto sufriría sordera, indicaron. Sin embargo, el dueño de casa los sorprendió y les roció insecticida en aerosol a Rubiño, pero recibió una paliza y al menos un golpe con una azada de su propia casa. Esperan que mejore de salud para que pueda ampliar su versión y dar más detalles.