FOTOS DANIEL ARIAS

“Impecable’ había definido el director del Franklin Rawson -Emanuel Díaz Ruiz- la calidad de lo que exhibiría el Museo Provincial de Bellas Artes, fruto de la tercera incursión de Itinerarios del arte en San Juan, en Iglesia y Calingasta (proyecto realizado con apoyo de ambas comunas, Josemaría y Pachón). Y lo que se vio ayer en la inauguración de esta muestra (disponible hasta fin de mes) ratificó esa calificación. Con materiales reciclados, tejido en totora y en lana de oveja, obras en fieltro, tallado y pintura sobre piedra, bordado en arpillera y más, 26 artistas no solo crearon obras para exponer -muchos por primera vez en el MPBA-, también plasmaron historias y modos atravesados por su entorno, que invitan a detenerse, contemplar y descubrir.

“Se crea sobre el territorio, por quienes habitan ese territorio’, destacó el curador Alberto Sánchez Maratta, quien dialogó con este medio. “Hay dos cosas importantes, una tiene que ver con romper las diferencias entre arte y artesanía, establecida por los cánones de occidente, que considera al arte como algo superior. Y lo otro que resulta impresionante es el abordaje del tiempo. Están los tiempos lentos de las tejedoras en cada lazada, el tiempo quizás milenario de las piedras, intervenidas por alguien que las pintó ahora y eso es mágico; gente que recoge desechos y los vuelve obra, que también es impresionante; y eso convive con los tiempos de la pintura, la fotografía, el dibujo, que son más museísticos. Es una muestra mágica en ese sentido, nos enseña acerca del tiempo y no es poco’, se explayó Sánchez Maratta, quien desde el primer momento pudo ver el hilo conductor que hilvana todos esos universos.

“Es es el amor por la región que se habita y la conciencia de que solo habitando ese territorio se puede producir lo que se ha producido. Es ese profundo amor con el que hablan de su cielo, de las plantas que usan para teñir…’, expresó el curador, convencido de la importancia del trabajo en territorio. “Todo es territorio y trabajamos con el mismo nivel de exigencia que con cualquier artista. No hay una mirada paternalista. El Museo es una institución pública y la democratización de la cultura es un deber’, concluyó. ( Ver galería en www.diariodecuyo.com.ar )

LOS ARTISTAS 
Adrián Fernández, Anabel García, Belinda Vidal, Brisa Muñoz, Carolina Pécora, Ceferino Torres, Cristina Palacio, Danna Cortez, Eric Muñoz, Iván Lamanuzzi, Laura Banga, Lautaro Castro, Lucas Poblete, Maggy Durán, Michel Moya, Mirta Castro, Noelia Tello, Norma Torres, Raquel Roco, Raquel Varela, Raúl Cabello, Rosa López, Rosa Gómez, Sebastián Araya, Tulio Ovando y Rubén Vidal.

Tejido a telar con lana de oveja – Raquel Varela

 

Tejido de lana de oveja – Rosa López

 

Tejido en totora – Raquel Roco

 

Acrílico sobre piedra laja – Norma Torres

 

Hierro, chapa y material reciclado – Iván Lamanuzzi / Adrián Fernández

 

Fotografía sobre canvas – Lucas Poblete

 

Cerámica – Rosa Gómez

 

Bordado sobre arpillera – Mirta Castro

 

Tallado sobre piedra – Ceferino Torres

 

> De la basura al Museo

“La libertad al galope’ es una de las atracciones de la muestra. Adrián Fernández, de Iglesia, es quien convirtió en obra de arte desechos de paneles solares. Unos dos meses de trabajo le llevó construir este caballo de dos metros de alto por tres de largo, realizado especialmente para esta muestra con cinta reciclada y soldada. “Hay mucha basura para reciclar’, enfatizó quien ya ha hecho uso de ella otras veces.

“Toda mi vida he estado vinculado a los caballos, los he criado y siempre fue algo que me apasionó’, comentó a DIARIO DE CUYO el artista de 36 años, que desde niño dibujó, luego estudió Artes Visuales y hace 20 años está dedicado a la producción de obra. De hecho, no es la primera vez que une estas dos pasiones. “He hecho trabajos a pedido, muchas veces gente que me pedía que pintara caballos; y también he pintado murales’, contó Fernández, quien es el autor del nuevo portal del departamento (a través del municipio).

Respecto del proyecto “Itinerarios…’, el hacedor -que ha sido parte de otras muestras colectivas en el Franklin Rawson- aseguró que es “hermoso’, porque “se unen muchas ramas del arte que a veces no se tienen en cuenta. Y además está bueno porque hay gente que conocí ahí, que no sabía que estaban haciendo cosas muy lindas’.