Mientras que en Argentina la mayoría de los índices de producción han dado saldos negativos en el primer trimestre de este año, complicando del panorama de recuperación de la economía local, otros países que comparten similares realidades con el nuestro han obtenido, en estos últimos meses, mejores condiciones en cada uno de los rubros que integran su economía. Tal es el caso de Chile con el cobre, que de acuerdo a datos de la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco), durante 2024 la producción de ese mineral alcanzará los 5,51 millones de toneladas, lo que representa un aumento del 5% respecto del año anterior. De la misma manera la producción industrial de México creció, en el primer trimestre de 2024, un 0,9% interanual impulsada por la construcción, entre otros rubros que se caracterizan por ser generadores de demanda laboral.
Siguiendo siempre con la actividad que se desarrolla dentro del continente, se acaba de anunciar que la automotriz Toyota tendrá una nueva planta de vehículos en su complejo industrial de Sorocaba (Sao Pablo – Brasil) en 2026, que duplicará la capacidad actual de instalación, pudiendo absorber mucha de la actividad que esa compañía desarrolla actualmente en países vecinos a Brasil, entre los que se encuentra la Argentina.
Hay otros datos que alejan aún más a nuestro país de sus posibilidades de seguir el ritmo de crecimiento de otras naciones en otros continente, tal es el caso de España donde durante el último ejercicio correspondiente a 2023 tuvo un crecimiento del 2,5% debido a la ralentización europea y las subidas de tipos de interés. En este marco una entidad que ha dado lugar a mejores condiciones en materia crediticia es el Banco Central Europeo que ha bajado los tipo de interés 25 puntos básicos para colocar la tasa de depósito en el 3,75% y la de facilidad de préstamo hasta el 4,50%.
Las cifras que contrastan todo este crecimiento respecto de la Argentina son las proporcionadas por el Indec que señalan que la actividad industrial de nuestro país, en el primer trimestre del año, se desplomó en un 14,8%.
Hay otros indicadores del mal momento que Argentina está pasando como el precio de la soja y el girasol, que han experimentado una baja, y el nivel de endeudamiento que tiene el país que incluye obligaciones ante el FMI y ante la justicia internacional por el pago de multimillonarios juicios.
La falta de productividad y de las condiciones para generar el ámbito necesario para que los índices de los distintos rubros de la actividad económica comiencen a ser favorables, demuestra que hasta ahora no se ha sabido aprovechar todo el potencial económico y social que el país ofrece, y una extraña inclinación a seguir siendo pobres al no tomar medidas que vienen siendo reclamadas por todos los sectores desde hace tiempo y que son las que deberían promover el desarrollo que no estamos generando.